YACARTA.- El canto del muecín, que llama a la población a rezar hacia la Meca, suena cinco veces por día en Indonesia, el país con más musulmanes del mundo y un importante ejemplo de convivencia entre religiones.
“La religión es algo extremadamente importante en Indonesia, se vive la fe y la religiosidad muy seriamente y esto influencia a todos positivamente: el llamado del muecín es una buena forma también para los católicos de no olvidarse de Dios”, dice, con una sonrisa, el padre Markus Solo.
Único sacerdote indonesio de la curia romana, que trabaja desde 2007 en el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, Solo -que viajó en el séquito papal y hace de intérprete del Papa- destacó en una entrevista con LA NACION que el islam indonesio o asiático es muy distinto al de Medio Oriente o África, ya que es mucho más “abierto y tolerante”.
El islam llegó a Indonesia -un archipiélago de más de 17.000 islas con unos 275 millones de habitantes- no a través de las armas sino a través del comercio. Y ostenta por ello un rostro específico que se denomina “islam Nusantara”, es decir, “islam del archipiélago”: tolerante, acogedor, que sabe construir fraternidad.
“Es un islam asiático genuino y hay dos grandes organizaciones islámicas (Muhammadiyah y Nahdlatul), ambas sunnitas, que tienen relaciones muy buenas con la minoría católica de 8,6 millones de personas, que representa un 3% de la población”, dijo Solo.
Como se trata de un país inmenso, con tres husos horarios, también las situaciones varían y hay mucha diferencia entre “el olor a oveja” -es decir, los fieles católicos que hay en esta capital-, al de otras partes, como por ejemplo en la isla de Flores, donde él nació.
“Allí, en la isla de Flores, hay más católicos y más fervor que en la isla de Java (donde se levanta esta capital). Es más, hasta último momento esperaron un cambio de agenda y que el Papa también pudiera ir hasta allí, así que quedaron un poco decepcionados. Pero muchísimos se han movilizado para venir a verlo aquí, en Yakarta”, afirmó.
La cristiandad en esta tierra fue establecida no en esta zona, sino en la periferia. “Los primeros misioneros portugueses llegaron a las islas Molucas (parte de Indonesia) a principios del año 1500, incluso desembarcó San Francisco Javier a mediados del siglo XVI y fue 300 años después que los misioneros holandeses trajeron el Evangelio a la isla de Java”, apuntó.
Aunque hay grupos extremistas islámicos, fundamentalistas, que suelen atacar iglesias cristianas, son minoritarios y se encuentran principalmente en el este. Y la relación entre los musulmanes y la minoría católica es buena. El símbolo de esta convivencia armoniosa se encuentra en esta capital, donde la catedral y la mezquita Istiq’lal -la más grande de Asia- fueron adrede construidas una en frente de la otra, justamente para dar un mensaje concreto de diálogo fecundo y armonía.
Sukarno, el padre de la patria, quiso que los dos templos -que visitará el Papa- se levantaran en la plaza de la Independencia, en un terreno donde solía estar un castillo holandés, resabio de colonialismo. “Fiel reflejo de lo bien que nos llevamos con los hermanos musulmanes, compartimos el estacionamiento y, además, se está por inaugurar el llamado ‘túnel de la tolerancia’, un paso subterráneo que conecta los dos edificios sagrados”, contó el sacerdote. También este lugar visitará el huésped ilustre.
Otro reflejo de las buenas relaciones entre los musulmanes y los católicos -también muy respetados por su papel en el desarrollo del país, especialmente en el campo de la educación, la salud y los servicios sociales- es que todos los años, en la mayor fiesta musulmana, la del Sacrificio, la comunidad católica le regala a la comunidad musulmana una vaca; cuando es Navidad o Pascua, los fieles musulmanes felicitan a sus hermanos católicos.
“Es más, en esos sitios donde hay temor a atentados de los grupos fundamentalistas, la juventud musulmana es nuestra mejor aliada, son nuestros protectores: esos días y los domingos vienen a proteger a las iglesias”, destacó el padre Solo, que evocó incluso que, en un ataque ocurrido en la Navidad de 2016 en el este de Java, uno de ellos perdió la vida.
Aunque los católicos son minoría, se trata de una comunidad vibrante y hay muchísimas vocaciones. “En el mundo occidental faltan vocaciones, pero nosotros producimos y exportamos curas y monjas”, dijo, orgulloso, el padre Solo, que precisó que todos los años en su congregación del Verbo Divino (de origen alemán) se ordenan entre cuarenta y cincuenta sacerdotes. Se calcula, por otro lado, que cada año en Yakarta se registran 4000 bautismos de adultos.
¿Cómo se vive esta visita del papa Francisco, el tercer pontífice que viaja a Indonesia después de Pablo VI en 1970 y Juan Pablo II en 1989? “Toda la nación se ha movilizado, el país está muy agradecido, honrado de esta visita del Papa argentino, que aquí es muy amado y admirado por su humildad, por su humanidad, por su lucha por la paz y por la justicia y porque siempre se ha mostrado muy cercano a los musulmanes”, aseguró. El primero en confirmar públicamente esta visita, antes que el gobierno y que la conferencia episcopal, que hubiera sido lo normal, de hecho, fue el imán de la mezquita de Istiq’al, que no pudo contener su alegría.
“A la gente le impresiona que el papa Francisco haya firmado junto al gran imán de Al Azhar el histórico Documento sobre Fraternidad Humana de Abu Dhabi en febrero de 2019, que inspiró luego la encíclica Fratelli Tutti, que son textos, además, que suelen ser estudiados y citados incluso por miembros del gobierno o líderes musulmanes”, agregó. “Lo aman al papa Francisco en Indonesia, tanto es así que suelen decir que ‘no les pertenece sólo a ustedes, los católicos, sino a nosotros también’. Y aunque por supuesto hay mucha seguridad, no hay temor a atentados porque el Papa es una buena persona y no tiene enemigos”, concluyó.