El papa Francisco trazó un panorama de las nuevas y más viejas guerras en curso en el mundo, en la que destacó que Argentina y Chile celebraron el 40° aniversario del Tratado de Paz y Amistad por la disputa territorial que los había llevado al borde de la guerra. La escalada del conflicto se evitó con la intervención mediadora de la Santa Sede, “demostrando que la renuncia a las armas es posible si se hace un diálogo que permite retomar el buen camino”.
El Papa puso así no solo el valor absoluto del diálogo de paz, sino que puso de relieve el papel positivo al que está disponible la Iglesia Católica para lograr entendimientos difíciles pero indispensables.
“La guerra es un horror ofende a Dios y a la humanidad”, afirmó Francisco. El pontífice argentino renovó su “dolor por el conflicto que continua a ensangrentar a la martirizada Ucrania”.
“Asistimos desde hace casi dos años a una tremenda secuencia de muertos, heridos, violencia y destrucciones. Las primeras víctimas son los niños, las mujeres, los ancianos y las personas débiles”, dijo.
“El Invierno está en las puertas y arriesga exacerbar las condiciones de millones de desalojados de sus hogares. Serán meses dificilísimos para ellos, la concomitancia de la guerra y el frío es trágica”, agregó.
El Papa hizo “un nuevo llamado a la comunidad internacional para detener de cualquier modo esta guerra”.
Francisco apoyó la difícil tregua en el Líbano e hizo un llamado “para que sea elegido rápidamente el Presidente de la República y las instituciones reencuentran su normal funcionamiento a fin de aplicar las reformas que permitan asegurar en el país la convivencia pacífica entre las distintas religiones”.
Hace dos años que en el Líbano el Parlamento no logra por las divisiones políticas y religiosas elegir a un nuevo Jefe del Estado, sin cuya existencia no se puede votar un plan de paz.
El Papa también pidió a todos que “recen por Siria, donde lamentablemente la guerra ser ha reavivado causando muchas víctimas. Estoy muy cerca de la Iglesia en Siria, oremos”.
Francisco pidió también en el Ángelus en plaza San Pedro que “la espiral de la paz que ha supuesto la tregua en el Líbano”, “pueda llevar a un cese del fuego en otros frentes sobre todo en Gaza».
El Papa dijo que le “preocupa mucho la liberación de los israelíes que aún permanecen rehenes y el acceso de la ayuda humanitaria a la población palestina extenuada”.
El lunes, Francisco había encabezado una ceremonia para celebrar el aniversario del acuerdo. En la Sala Regia, 40 años después, volvieron a estar presentes los diplomáticos de los países acreditados ante la Santa Sede para solemnizar aún más la importancia del aniversario de paz. Pero no estaba el canciller argentino Gerardo Werthein, aunque “por problemas de agenda”, por orden del presidente Javier Milei, empeñado en desairar a los chilenos por un enfrentamiento ideológico con el izquierdista presidente Gabriel Boric en la reunión del Grupo de los 20 en Río de Janeiro hace unos días.