Durante la mañana de este martes 3 de junio, el ministro de Familia y Desarrollo Humano, Carlos Platero, acompañado por la titular de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, Raquel Trincado recorrieron las obras en construcción de dos dependencias del Centro Socio Educativo Nazario Benavídez, ubicado en Zonda. A los funcionarios provinciales se sumó el director de Asuntos Federales de la Defensoría Nacional de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente -organismo autárquico vinculado a la Corte de Justicia de la Nación- Daniel Molina, quien se mostró satisfecho por los avances y destacó el apoyo que ha dado la provincia a esta iniciativa fundamental para la contención y reinserción social de los menores en conflicto con la ley, aportando los fondos necesarios para recuperar este espacio que estaba abandonado en los últimos 10 años.
«Es un enorme anhelo recuperar este lugar que estaba tan abandonado y deteriorado para tener todas las comodidades y dependencias que requiere el trabajo socioeducativo que llevamos a cabo como función primordial con los jóvenes», manifestó el ministro Carlos Platero, durante el recorrido por las obras que están a cargo del Ministerio de Infraestructura.
El trabajo está centrado en dos edificios: el casco histórico y una casa residencial que albergará en un lugar seguro y confortable a un total de 20 personas.
En el caso del casco histórico -un edificio que data de la década del ’50-, se ha mantenido la estructura original, pero se han renovado completamente lozas, revoque, contrapisos y bases, además de la construcción de nuevas dependencias -como aulas- para contener ahí la escuela, el sector de administración y un área de sanidad con consultorios médico, de Odontología, Psicología y Trabajo Social. Aparte funcionará una oficina multiuso donde por ejemplo los residentes podrán reunirse con sus defensores y jueces, inclusive se está evaluando, según detalló el director de este centro dependiente del Ministerio de Familia y Desarrollo Humano, Pablo Cheble, “la posibilidad que desde ese espacio se puedan hacer videoconferencias para evitar los traslados a los juzgados”.
En este inmueble principal se han incorporado baños de mujeres y varones y una sala preparada con todas las comodidades para que los jóvenes puedan recibir visitas familiares, previa autorización.
La segunda obra consiste en una casa con 12 habitaciones con un baño común -con equipamiento doble de inodoro y duchas-, cada 6 habitaciones. En este caso se ha previsto que tenga una proyección en caso de necesitar ampliaciones.
Esta etapa de la obra prevé ser terminada en los próximos meses para luego seguir trabajando en otro de los edificios donde se encuentra la cocina, el salón de usos múltiples y un sector para los operadores que allí trabajan. Así quedará a nuevo el 80% de los edificios. Para el resto de las construcciones que siguen en pie, se están evaluando proyectos para poder adaptarlos ediliciamente a las necesidades de los mismos.
Luego de tomar un desayuno con los residentes, los funcionarios visitaron la sala de industrialización donde se producen dulces -con la cosecha de algunos frutales con los que cuentan en el lugar y otros que son adquiridos– y conservas que luego se comercializan en las ferias organizadas por el gobierno de San Juan y en distintas dependencias ministeriales.
En este centro se están recuperando dos plantaciones de dos décadas de existencia: unos 100 árboles de membrillos a los que les faltaba riego y poda adecuada. También un monte frutal con duraznos, ciruelas y damascos, espacio que se ha proyectado reimplantar en los meses de julio-agosto. Según explicó Raúl Montalvo, ingeniero agrónomo del centro, estos espacios son claves para el trabajo productivo como actividad de laborterapia tendiente a la reinserción de los residentes, para cuando salgan en libertad.
Allí se ha previsto fortalecer la huerta -que actualmente los provee de cultivos de estación como acelga, arvejas y lechuga en invierno y tomates, ajíes, variedad de zapallos en primavera verano- y hay un proyecto para producir pistachos.
Una capacitación productiva
Mediante un convenio con el INTA, los residentes del centro Nazario Benavídez, inclusive el personal, participan de distintas capacitaciones que se realizan desde el área de Extensión de la Agencia de Extensión Rural de Pocito. En esta oportunidad, la técnica Carina Martini, explicó los beneficios del compostaje, pero también demostró con residuos domésticos (como cáscaras de huevos, desechos de verduras), hojas verdes y también secas), cartones y papel usado cómo realizar este abono orgánico de alto valor nutricional y de incorporación de microorganismos tanto para los suelos como para los futuros cultivos.
A esta capacitación también asistieron los alumnos de 2° año de la Escuela Agrotécnica de Zonda, que está colindante al Nazario Benavídez. La iniciativa tiende a fortalecer los vínculos sociales y la integración educativa con sus pares.