Cristina Kirchner piensa que la fallida ley de ficha limpia estaba destinada a sacarla de la cancha de cara al recambio presidencial de 2027. Así se lo dijo a diversos interlocutores en los últimos días, en la antesala del debate del Senado que terminó sorpresivamente favorable a sus intereses políticos y judiciales. “Me tienen miedo”, le escucharon decir en la intimidad del Instituto Patria.
En la sede nacional del kirchnerismo, justamente, la expresidenta recibió ayer a sus principales espadas en la Cámara alta. José Mayans, Anabel Fernández Sagasti y Juliana Di Tullio pasaron por las oficinas de “la jefa” para definir una estrategia en el recinto, aún sabiendo que no tendrían el control del debate.
Ahora Cristina Kirchner -que hoy siguió el debate desde su departamento en Constitución- debe definir si se postula a diputada nacional -puesto que no quedó inhabilitada- o a legisladora bonaerense, como ya le anticipó a sus seguidores en la Provincia.
El Plan B kirchnerista de lanzarla como candidata a diputada de la provincia de Buenos Aires ya era visto como una salida posible ante la “proscripción” a nivel nacional, como la define buena parte del peronismo. “Es una excelente candidata en el conurbano; nos sirve a todos”, susurró un dirigente peronista.