PALERMO.- En el medio de la tragedia por el hundimiento de un yate turístico de lujo que se encontraba anclado en el puerto de Porticello, en Italia, una mujer de 35 años llamada Charlotte Golunski salvó la vida de su hija de un año. Golunski, su pareja y su hija se encuentran entre las 15 personas que fueron rescatadas del velero Bayesian a primera hora del lunes. Mientras que una persona falleció y seis siguen desaparecidas. La niña Sofía, fue trasladada a un hospital infantil de Palermo.
La madre se mantuvo todo el día al lado de su hija, en una habitación del hospital, acariciándola y abrazándola, tal como lo había hecho unas horas antes, cuando el mar tormentoso estaba a punto de arrancarla de sus brazos.
Charlotte, de nacionalidad británica, estaba a bordo del Bayesian del magnate tecnológico británico Myke Lynch, junto con su hija, su marido James Emsilie, de 35 años, compañeros de una empresa londinense y algunos amigos
Según sus declaraciones, todo ocurrió en pocos minutos, mientras el yate se encontraba fondeado, tras un torbellino que partió el mástil en dos, provocando que la embarcación se hundiera repentinamente. ”Terminamos en el mar y durante dos segundos perdí a Sofía, luego inmediatamente la abracé de nuevo. La abracé fuerte, cerca de mí, entre olas altísimas. Muchos gritaban”, reconstruyó la madre, todavía en shock.
Charlotte le dijo al diario italiano La Repubblica que su familia sobrevivió porque, en el medio de la confusión lograron salir a la cubierta cuando el yate se terminó de hundir.
Declaró que los despertaron “truenos, relámpagos y olas que hicieron bailar nuestro barco”, y que se sintió como “el fin del mundo” antes de ser arrojados al agua. “Fue terrible, en pocos minutos el barco fue golpeado por un torbellino y un viento muy fuerte. Ni siquiera tuvimos tiempo de entender lo que estaba pasando, el barco se hundió y nos encontramos todos en el mar”.
Una vez en el mar, sostuvo a su bebé a flote con todas sus fuerzas, y “con los brazos extendidos hacia arriba para evitar que se ahogara”.
“Estaba todo oscuro. En el agua no podía mantener los ojos abiertos. Grité pidiendo ayuda, pero lo único que podía oír a mi alrededor eran los gritos de los demás”, añadió. Miembros de otra tripulación inflaron un bote salvavidas y 11 personas pudieron subir a él. Entre ellos esta familia de tres, que resultaron ilesos y fueron llevados al hospital para realizarles exámenes médicos.
Karsten Borner, capitán de un barco cercano, dijo que su tripulación subió a bordo de una balsa salvavidas a algunos supervivientes, incluidos tres que resultaron gravemente heridos. Al describir el momento en que golpeó la tormenta, le dijo al medio de comunicación italiano Rai que el imponente yate se inclinó hacia un lado y se hundió en “unos minutos”. “Todo sucedió en muy poco tiempo”, dijo.
En el Hospital Infantil, la pequeña Sofía también fue abrazada por los médicos y trabajadores de la salud que le llevaron juguetes. Afortunadamente, la pequeña se encuentra fuera de peligro y la madre sólo tiene un rasguño que fue tratado con unos puntos. El personal del hospital puso en contacto a la mujer a través de una videollamada con su esposo, a quien tranquilizó sobre el estado de la niña.
En el departamento dirigido por el médico jefe, Domenico Cipolla, también se puso a disposición una habitación para alojar a la familia al menos durante las primeras 24 horas. ”Tanto los padres como la niña se encuentran bien desde el punto de vista clínico están siendo atendidos por psicólogos porque están muy conmocionados. Han pasado por una experiencia traumática”, explicó un miembro del equipo de Cipolla.
Golunski pidió a los médicos información continua sobre el estado del resto de pasajeros y tripulantes.
Agencia ANSA
LA NACION