Los efectos combinados de los huracanes Humberto e Imelda provocaron una fuerte marejada en Carolina del Norte, Estados Unidos, que derrumbó al menos ocho casas construidas frente al mar. En las impactantes imágenes difundidas por medios locales se observa cómo, en menos de 45 minutos, las viviendas ceden ante la fuerza de las olas y se desploman sobre el Atlántico.
Según indicaron medios locales, todos los hogares estaban desocupados. Cinco de ellas se desplomaron entre las 14 y las 14.45 del pasado 30 de septiembre en la costa del Parque Nacional Cabo Hatteras, en la zona de Outer Banks, cuando la marea alta golpeó con fuerza la playa. Otra cayó esa misma noche, cerca de las 23, cuando el Servicio Meteorológico de Estados Unidos registró olas de entre 2,4 y 3,6 metros de altura.
La noche siguiente, una vivienda en la localidad cercana de Buxton también fue arrasada por el oleaje, elevando a siete el número de derrumbes en apenas 30 horas. El octavo colapso se produjo al día siguiente, informó el Servicio de Parques Nacionales al diario USA Today.
Con estos nuevos incidentes, ya son 20 las casas destruidas por el mar desde mayo de 2020, una señal del impacto que la erosión costera y el aumento del nivel del mar están teniendo en esta comunidad edificada al borde del océano.
Según el Servicio Meteorológico de Estados Unidos, las condiciones comenzaron a mejorar a partir de este fin de semana y se espera que continúe de esta forma durante los próximos días.
La Cape Hatteras National Seashore —entidad a cargo de preservar la zona- advirtió a los visitantes que debían mantenerse alejados de las zonas afectadas y extremar precauciones en varios kilómetros al sur, debido a la presencia de escombros peligrosos. También señaló que se trataba de un incidente en curso y que podrían producirse más colapsos por las condiciones del océano. No se reportaron heridos y detallaron que las casas de la zona habían sido declaradas inhabitables.
A su vez, el desbordamiento del océano obligó al Departamento de Transporte de Carolina del Norte a cerrar un tramo de la autopista Highway 12 en la isla Ocracoke. Asimismo, el servicio de ferry que conecta Ocracoke con la isla Hatteras fue suspendido ese mismo día, según detalló AP News.
Algunas de las casas que ahora se derrumbaron antes estaban a unos cuantos lotes de distancia de la playa, dijeron residentes locales a USA Today, lo que habla sobre una crecida a escala en los últimos años. La mayor parte de la costa de Carolina del Norte está formada por estrechas islas barrera bajas que sufren erosión desde hace años debido al aumento del nivel del mar.
Las proyecciones federales indican que la crecida en la región podría aumentar hasta 35 centímetros para 2050, lo que multiplicaría por diez el número de días de inundaciones costeras.
Las costas cambian rápidamente a lo largo de las 75 millas de playa incluidas dentro de la costa nacional, según indicó el servicio de parques en un informe al Congreso a fines de 2024. Sin embargo, la erosión se aceleró en los últimos años y la costa retrocede a un ritmo de aproximadamente 1,2 metros por año.
Un informe realizado en 2024 por funcionarios federales, estatales y locales indicó que 750 de casi 8800 estructuras frente al mar en Carolina del Norte se consideran en riesgo debido al desgaste costero. Entre las posibles soluciones se encuentran reforzar las playas erosionadas con arena o roca dragada, o utilizar fondos estatales o federales para comprar las viviendas amenazadas y trasladarlas o demolerlas.

