Cuando falta apenas una semana para que Javier Milei viaje a Montevideo para asistir a su primera cumbre de jefes de Estado del Mercosur y para que la Argentina asuma la presidencia pro tempore del bloque, en la mesa chica del Presidente deslizaron que no descartan renunciar al mercado regional que el paÃs integra con Brasil, Uruguay y Paraguay desde 1991.
«Irse no es el plan A. El plan A es que podamos comerciar de la mejor manera. El plan B es que el Mercosur sea de libre comercio. Si eso no ocurre, el plan C es evaluar salir del Mercosur», señaló un estrechÃsimo colaborador del jefe de Estado. Más allá de la advertencia, una eventual renuncia al bloque deberÃa ser aprobada sà o sà por mayorÃa absoluta por el Congreso.
La Casa Rosada piensa en hacer valer su cercanÃa con Donald Trump -que acaba de anunciar que elevará los aranceles de importación para México, Canadá y China- y en firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, aunque el reglamento de Mercosur requiere la autorización del resto de los socios.
«Queremos que se habilite a hacer tratados bilaterales sin pedir autorización», esgrimió un funcionario con acceso permanente al despacho presidencial. Sostienen que su intención es establecer tratados libre comercio entre los paÃses miembros y con el resto mundo.
Aunque Gerardo Werthein alineó la cancillerÃa a la ideologÃa libertaria para evitar choques internos como los que mantuvo su antecesora Diana Mondino, en Balcarce 50 siguen tomándose la polÃtica exterior como parte de sus atribuciones. Funcionarios que responden directamente a Santiago Caputo y a Karina Milei siguen pisando fuerte en el Palacio San MartÃn, desde Ursula Basset al secretario de Civilización y Culto, Nahuel Sotelo.
En el Palacio San MartÃn le bajaron el tono a la iniciativa oficial y argumentan que nadie quiere una ruptura. «El Mercosur nos genera ventajas y desventajas, oportunidades y desventajas. (Debemos evaluar) cuáles son las ventajas y si se pueden potenciar. (Tenemos) que sentarnos con los cuatro miembro, porque los paÃses necesitamos abrirnos al mundo. Los acuerdos están pensados para ayudar a los paÃses, no para ser un corset. La Argentina necesita crecer. En ciertos aspectos estamos encorsetados con el Mercosur, pero lo tenemos que estudiar, en la Cumbre nos sentaremos a hablar», dijo Werthein dÃas atrás en un diálogo con TN.
Cerca del Presidente reiteran que el Mercosur no sirve para lo que fue creado. El bloque regional tiene como miembros asociados a Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Bolivia.
«Siempre podés juntar 129 votos en diputados para irnos del Mercosur y se acabó«, sugirió uno de los negociadores polÃticos del Ejecutivo minutos después de que se cayera la sesión de ficha limpia por falta de quórum.
La advertencia del Ejecutivo parece ser más una provocación hecha a medida para marcar y ocupar agenda mientras el Gobierno choca con los ¿ex aliados? del PRO y negocia con el kirchnerismo por los pliegos de Ariel Lijo y Manuel GarcÃa Mansilla para la Corte Suprema.
La viabilidad de la advertencia parece acotada: el desarrollo del bloque regional fue una polÃtica de Estado que atravesó a todo el arco polÃtico desde el puente de la fraternidad de Raúl AlfonsÃn, a la concreción durante el menemismo, la expansión durante el kirchnerismo y el acuerdo -por ahora no ratificado- con la Unión Europea (UE) durante la gestión de Mauricio Macri.
«Queremos que el Mercosur sea un mercado común en serio, de libre comercio, y que no beneficie solo a los industriales de San Pablo», se quejaron en la Casa Rosada. Milei también pretende impulsar el acuerdo con la UE, paralizado por Francia.
El secretario de PolÃtica Universitaria Alejandro «Galleguito» Alvarez, que ascendió en la consideración presidencial en la pelea entre el Gobierno y las universidades- ironizó sobre el triunfo electoral de Yamandú Orsi, del Frente Amplio, el domingo, en el balotaje presidencial en Uruguay. «¿Nació el MERCOURSS?», escribió en X el funcionario libertario.
La victoria del candidato apadrinado por Pepe Mujica y la mala relación con Lula da Silva achican los puentes de Milei con el resto de la región. Ya hubo otros ruidos con miembros asociados como Chile y Colombia. El jefe de Estado argentino se siente más a gusto en otros foros más polÃticos, como la CPAC, el foro de acción conservadora que encabezará antes de viajar a Montevideo. La misma iniciativa ya lo llevó a Estados Unidos y a Brasil, adonde también viajó para participar del G-20 y estrechar por primera vez la mano de Lula, una postal que se repetirÃa en Montevideo.
El Presidente habÃa desairado a los otros miembros del bloque, en la cumbre previa, el 8 de julio en Asunción. El faltazo le faltó la reprobación de algunos de sus pares. «Si el Mercosur es tan importante, acá deberÃamos estar todos los presidentes. Yo le presto importancia al Mercosur. Si realmente creemos en este bloque, deberÃamos estar todos», dijo el uruguayo Luis Lacalle Pou, que también pretendÃa impulsar un acuerdo con China.
No es la primera vez que surgen voces que promueven una ruptura con el bloque comercial. Ya en 2000 el entonces gobernador bonaerense Carlos Ruckauf impulsaba con otros mandatarios provinciales la salida del bloque. El ex vicepresidente de Carlos Menem hoy tiene más predicamento entre las filas libertarias a las que defiende en cada incursión televisiva.