El Gobierno logró extender hasta un año el plazo de colocación de instrumentos de deuda en pesos a tasa fija en la última licitación del mes. Fue un buen punto de partida para enfrentar lo que será el mes más desafiante para sus colocaciones, ya que enfrentará vencimientos por más de $14 billones.
Fue al cabo de una subasta convocada para cubrir compromisos muy próximos por $3,61 billones en la que ofrecía al mercado ocho papeles (cuatro Letras de Capitalización -Lecap-, dos bonos con ajuste por inflación y otros dos indexados por la variación del dólar oficial) en la que recibió ofertas de compra por $4,84 billones, aunque terminó tomando sólo $4,47 billones.
El dato destacado es que, dado que el 36% de los vencimientos que enfrentará el viernes corresponden a un bono Dual (ajustable por dólar o inflación, según convenga al tenedor), el Gobierno logró dar un paso más en la desindexación de la deuda en pesos, ya que casi lo colocado fue a tasa fija y sólo el 7% tuvo algún ajuste por otra variable.
Es que precisamente las Letras a tasa fija volvieron a ser el producto estrella, ya que captaron casi el 80% de la demanda y explicaron en más de un 90% la colocación. Eso quiere decir que el grueso de la financiación el Gobierno la obtuvo a tasas que van del 3,75% al 3,90% mensual, o del 46,16 al 57,86% anual, en plazos que van de poco más de dos meses y se estiran hasta un año.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, valoró que esta convocatoria le permitió al Tesoro Nacional seguir “estirando el plazo promedio de vencimientos”, además de valorar particularmente que haya sido “la primera vez que adjudicamos instrumentos a tasa fija a un año de plazo”.
Además, explicó que el excedente de neto de alrededor de $860.000 millones captado “será depositado en la cuenta del Tesoro Nacional en el Banco Central de la República Argentina”, para fortalecer más la caja.
Hasta la semana pasada, el Gobierno mantenía en esa cuenta un “colchón de liquidez” algo menor a los $17 billones, un dinero al que podría recurrir para cancelar parte de la deuda que le vence el mes que viene si se le dificultara o encareciera la posibilidad de refinanciarla.
Se trata de fondos depositados a tasa cero, para evitar emisión por esa vía y fortalecer la absorción monetaria, pero que a la vez funciona como una garantía respecto de la capacidad de pago de los futuros vencimientos en moneda local.
Según la información oficial el Gobierno, tomó $1,55 billones a una tasa del 3,75% mensual mediante la Lecap por vencer en 73 días (el 11 de noviembre); otros $0,64 billones (al 3,78%) con la que caducará el 28 de febrero (en 182 días); $0,92 billones más al 3,90% con la Lecap por pagarse la mitad del año que viene (30 de junio) y $1,06 billones con la colocada a un año que servirá para ampliar el horizonte de la curva en pesos a tasa fija.
Luego captó otros $0,30 billones con el Bono ajustable por CER (Boncer TZX26) por vencer el 15 de diciembre de 2023, que rendirá 8,14% por encima de lo que evolucione la inflación durante ese período.
Por último, declaró desierta la subasta por el Boncer a 3 y los títulos dólar linked con vencimiento el 31/03/25 y 30/06/25, papales por los que se habían presentado ofertas de compra ínfimas.