Hay por ahora un solo nombre en la cabeza de Agustín Calleri y Mariano Zabaleta, los dos máximos dirigentes de la Asociación Argentina de Tenis (AAT). Ese nombre para reemplazar al de Guillermo Coria como capitán del equipo argentino de Copa Davis es el de Javier Frana. Y no hay nadie más.
El rafaelino, a quien habían llamado el lunes a la noche pocas horas después de que Coria terminara su gestión, ya tuvo su primera reunión con el vicepresidente primero Zabaleta, encomendado por el presidente Calleri para llevar adelante las conversaciones.
Allí, Frana escuchó la propuesta aunque quedaron en seguir conversando sobre más detalles. El medallista olímpico de bronce en Barcelona 1992 junto a Christian Miniussi calificó de “honor” la posibilidad de asumir el cargo. Y todos los caminos conducen a que se convierta en el 32° capitán de la Davis, un cargo siempre apetecido por (casi) todas las figuras del tenis argentino.
La historia de Frana en la Davis como jugador es fuerte. Entre 1986 y 1997 jugó 20 series y disputó 37 partidos con 18 victorias y 19 derrotas. Debutó y se despidió contra el mismo adversario y en la misma ciudad: Chile, en Santiago.
En 1986 se presentó jugando con Miniussi el dobles ante Ricardo Acuña y Hans Gildemeister y 11 años más tarde se fue -nunca pensó que ese sería su último partido porque dos meses más tarde dejó el tenis por una seria afección en el oído izquierdo producto del estrés- en un single contra Gabriel Silberstein.
En ese lapso vivió todas las emociones posibles. Festejos y decepciones. Alegrías y tristezas. Y siempre puso su compromiso por el equipo por delante de diferencias personales con algún compañero.
Tras su retiro del circuito cuando no se presentó a jugar frente al francés Cedric Pioline en la segunda ronda de Wimbledon en 1997, Frana tardó apenas 10 meses en revincularse con el tenis desde otro lado: la televisión. En todo este tiempo, además de sus trabajos en diferentes medios -entre ellos fue columnista de Clarín durante varios Grand Slams-, entrenó jugadores, dio clínicas, tuvo academias.
El lunes Argentina conocerá cuál será su rival en los Qualifiers 2025 y no será necesario que de aquí a ese día haya un capitán designado. Pero Frana tiene todos los números. Falta cerrar el acuerdo con la AAT, armar su equipo de trabajo y luego comenzar el “operativo seducción” en caso de que el equipo nacional deba viajar al exterior y jugar en una superficie rápida bajo techo.
Es que una semana después de esa serie, comenzará la gira sudamericana de polvo de ladrillo. Entonces habrá que convencer y sumar voluntades -las mejores, además- para aspirar a que Argentina vuelva a ser protagonista de las Finales de una Davis que siempre es una atracción. Para todos.