En Cambia San Juan se dieron cuenta de que las guarderías de autos están más para hacerse las distraídas que para cuidar un bonsái en un terremoto. ¿Qué hicieron? Presentaron un proyecto de ley para que los dueños de estas “playas” de estacionamiento dejen de esconderse detrás del famoso cartelito de “no nos responsabilizamos, acá no pasó nada”.
Según Juan de la Cruz Córdoba —que debe ser abogado y mago, porque con solo un cartel logra desaparecer la culpa—, basta de hacerse los boludos cuando te chocan el auto o te lo afanan, y después te miran con cara de “yo no fui, fue el cartel”.
Estos carteles, que vienen con letras más grandes que la factura del gas, funcionan como un escudo ninja para los dueños de guarderías. Vos llegás, dejás la llavecita y te vas, pero si al volver encontrás tu auto hecho un desastre, te tenés que bancar que te digan “mira, está todo explicado ahí, en el cartel, no es mi culpa”. ¡Parece chiste, pero no!
Por eso el proyecto apunta a mandar esos carteles al basurero de la historia y obligar a que los dueños de las guarderías respondan cuando el auto termina más golpeado que un boxeador en mala racha. Porque pagar por un “servicio” que no protege ni un cactus es un fraude en toda regla.
Así que ya saben, dueños de guarderías: el cartelito no es un amuleto de inmunidad. Si querían hacerse los vivos, ahora tendrán que rendir cuentas. Que se armen los tribunales, que se termina la joda y empieza la ley… y la culpa no se la van a poder echar ni al cartel, ni al perro, ni al gato.