WASHINGTON.- Desde hace tiempo que en la cabeza de Donald Trump ronda la idea de desplazar a Jerome Powell, titular de la Reserva Federal (Fed), un puesto clave para la marcha de la economía de Estados Unidos. El deseo del presidente parecía anoche tomar forma definitiva, cuando les mostró un borrador de una carta de despido a legisladores republicanos, con quienes incluso tanteó la medida. Sin embargo, este mediodía puso paños fríos, al afirmar que es “altamente improbable” que tome una decisión terminante.
Después de que funcionarios de la Casa Blanca -citados por medios locales- señalaran que era probable que el mandatario buscara la destitución de Powell pronto, Trump dijo a periodistas en el Salón Oval que no estaba “planeando hacer nada” para echarlo. Y al ser consultado sobre si descartaba de plano la idea, respondió: “Es altamente improbable, a menos que tenga que irse debido a un fraude”.
En el encuentro de anoche con un grupo de legisladores republicanos, que expresó su apoyo a la eventual medida, el presidente mostró un borrador de una carta de despido a Powell, y los consultó sobre qué opinión tenían sobre la idea, según dos personas informadas sobre la reunión citadas por The New York Times.
“Hablé con ellos sobre el concepto de despedirlo”, señaló Trump hoy. «Les dije: ‘¿Qué piensan?’. Casi todos dijeron que debería hacerlo. Pero yo soy más conservador que ellos”, agregó.
La reunión en el Saló Oval fue sobre un tema no relacionado a la situación de Powell, que lidera la Fed desde 2018, tras ser nominado por Trump en su primera presidencia. Pero el mandatario aprovechó la ocasión para discutir lo que se ha convertido en una de sus obsesiones: reemplazarlo, una decisión que seguramente agitaría los mercados financieros y que podría generar una onda expansiva mucho mayor a la que el propio presidente parece anticipar.
Las especulaciones sobre el destino de Powell desataron una efímera tormenta en los mercados financieros esta mañana, con la volatilidad mayormente aplacada después de que Trump dijera que no tiene planes de despedir al jefe de la Fed.
El presidente ha sido un feroz crítico de la política monetaria de la Reserva Federal en los últimos meses, disgustado por la negativa del Banco Central a recortar las tasas de interés, mientras la inflación empieza a acelerarse impulsada por la guerra arancelaria que lanzó la Casa Blanca. La suba de precios se aceleró en junio, a 2,7% interanual, en un indicio de que los aranceles del gobierno empiezan a elevar los costos de bienes cotidianos en Estados Unidos.
Los funcionarios de la Fed se han resistido a recortar las tasas hasta que haya señales más claras sobre si los aranceles anunciados por Trump a los socios comerciales de Estados Unidos recalentarán la inflación.
El presidente sostiene que los recortes de tipos de la Fed reducirían los costos del endeudamiento público, mientras que Powell ha advertido que un recorte prematuro podría empeorar la inflación y, en última instancia, aumentar esos valores de endeudamiento.
Según ha dicho el propio Trump, el gobierno quiere que la Fed reduzca su tipo de interés de referencia -actualmente en torno al 4,3%- en hasta tres puntos porcentuales para reducir los gastos de endeudamiento federal.
Trump no tiene poder para despedir a Powell por una disputa sobre política monetaria, y el líder de la Fed -a quien el expresidente Joe Biden le renovó su puesto para un segundo mandato- ha señalado que tiene la intención de cumplir su mandato, que termina el 15 de mayo próximo.
El martes, el presidente sugirió incluso que un plan de renovación de 2500 millones de dólares en la Reserva Federal podría ser motivo suficiente para despedir a Powell. “Creo que es terrible… Pero lo único que no veía en él era a alguien que necesitara un palacio para vivir”, dijo a periodistas. También afirmó que dialogar con Powell era como “hablar con una silla”, por su falta de personalidad.
“Pero lo que nunca habría imaginado es que gastaría 2500 millones de dólares para construir una pequeña extensión en la Fed”, señaló Trump, que al ser consultado por un periodista si eso podría ser motivo de despido respondió: “Creo que de alguna manera lo es”.
Powell solicitó al inspector general de la Fed que realice una revisión adicional de la renovación edilicia. El mes pasado, algunos senadores interrogaron a Powell sobre lo que describieron como mejoras lujosas en la sede de la Fed en Washington, durante la audiencia semestral de política monetaria.
Según los analistas, el riesgo de que la Reserva Federal pierda su independencia política sería una muy mala señal y podría impactar de lleno en los mercados financieros de Estados Unidos. También remarcan que mantener al Banco Central libre de la influencia de la Casa Blanca -salvo para los nombramientos de sus funcionarios- le permite cumplir su misión basándose en lo que necesita la economía en cada momento, en lugar de lo que quieren las autoridades de turno.
“La independencia de la Fed es absolutamente crítica”, expresó Jamie Dimon, CEO de JPMorgan Chase, uno de los líderes más destacados de Wall Street, en una conferencia telefónica con periodistas el martes. “Jugar con la Fed puede tener consecuencias adversas, absolutamente opuestas a lo que uno podría esperar”, añadió.