En esa calurosa mañana de verano el técnico francés Víctor Anden instaló el primer teléfono de la Argentina en el domicilio del doctor Bernardo de Irigoyen, ministro de Relaciones Exteriores, quien estaba por salir para la Casa de Gobierno, pero antes de hacerlo vería colocado el primer teléfono del país. Desde su residencia, Bernardo de Irigoyen inauguró el servicio telefónico de Buenos Aires con una comunicación con el presidente Julio Argentino Roca.