Un violento choque que ocurrió en el circuito alemán de Nürburgring volvió a poner el foco en la seguridad de una de las pistas más peligrosas en la historia de la Fórmula 1. El pasado fin de semana, un Porsche 911 GT3 RS y un BMW M2 colisionaron en el sector del Nordschleife, la temida parte norte del circuito. Ambos vehículos, como muestran las imágenes que se viralizaron en redes sociales, terminaron envueltos en llamas.
El siniestro se produjo en el marco de una sesión de Touristenfahrten, una modalidad que permite a particulares recorrer el circuito con sus propios autos, sin requerir licencia profesional. Según reconstruyó The Drive, durante el recorrido, el Porsche intentó adelantar al BMW, que no advirtió la maniobra, se cerró y provocó un choque lateral que derivó en un violento impacto contra las barreras metálicas y un incendio inmediato.
A pesar de la magnitud de la colisión, los dos conductores lograron salir por sus propios medios y no sufrieron heridas graves. Un vocero del Nürburgring señaló que “los sistemas de seguridad funcionaron correctamente”, en alusión a las barreras de contención, el monitoreo digital y la coordinación de emergencias. Añadió además que el episodio será objeto de una revisión interna, mientras que la investigación quedará en manos de la policía local.
Días después del incidente, se conoció la identidad del hombre que conducía el Porsche: Waldemar Pietrzak, un empresario e influencer polaco. En un posteo de Instagram, relató lo ocurrido y habló de su estado de salud: “Solo tengo algunos moretones y rasguños. No tengo fracturas ni lesiones internas, y un dolor muscular que ya desapareció”. Según su testimonio, hubo tres impactos: el primero, contra la barrera a unos 190 km/h; luego, la caída del vehículo; y finalmente, un segundo golpe recibido por parte del BMW cuando ya estaba en el suelo.

Aseguró recordar todo y salir del auto por sus propios medios. También denunció que se compartieron imágenes privadas sin su autorización. Sobre la responsabilidad del accidente, Pietrzak aclaró que no tiene contacto con el otro conductor y que será la justicia alemana la que determine lo ocurrido: “No sé quién tuvo la culpa. Yo estaba frenando y esperando que me cediera el paso, y cuando empecé a adelantar, fue cuando giró. Es como si alguien en una autopista girara a la izquierda desde el carril derecho cruzando tres carriles”.
El hombre de negocios polaco anunció además que dejará de correr por su familia: “No tengo trauma; los accidentes pasan. Pero tengo una esposa que estuvo sin saber de mí durante tres horas y un hijo de dos años y medio. Tengo por quién vivir. Así que no volveré a la pista. Es demasiado arriesgado”.

Nordschleife, un trazado de 20,8 kilómetros inaugurado en 1927, es célebre por su dificultad técnica, su extensión y las condiciones climáticas cambiantes. Este mismo circuito fue utilizado por la Fórmula 1 hasta 1976, cuando un grave accidente sufrido por el austríaco Niki Lauda, que casi le cuesta la vida, marcó un antes y un después en los estándares de seguridad del automovilismo. La pista fue considerada demasiado extensa y peligrosa para garantizar una respuesta médica rápida, lo que llevó a su exclusión definitiva del calendario de F1.
Aunque el siniestro actual no ocurrió en el mismo punto del trazado que el de Lauda, sí tuvo lugar en el mismo circuito que décadas atrás fue rebautizado por el propio tricampeón como “el Infierno Verde”. Desde entonces, el Nordschleife se mantuvo activo para competencias de resistencia, pruebas privadas y jornadas abiertas al público.