En el municipio de Angaco, lo que empezó como una protesta gremial terminó pareciendo un episodio de Casos de la Vida Real… pero en un sindicato. Seis empleadas municipales denunciaron al secretario del SUOEM, Antonino D’Amico, no solo por maltrato verbal, sino por frases que podrían competir por el premio a las ofensas más creativas del año.
Entre las joyas mencionadas, destacó:
- “¡Ustedes se arrodillan ante el intendente!”, que, en contexto, suena más a regaño de abuela que a protesta sindical.
- Y la inolvidable: “Ahí va la chupa de José Castro”, que seguro dejó a más de uno revisando en el diccionario si eso tenía algún otro significado menos ofensivo. Spoiler: no lo tiene.
Las trabajadoras, con razón, pidieron medidas de protección, probablemente añadiendo en sus pensamientos: “Y que nos libren de los altavoces también, porque ya no podemos ni trabajar tranquilas”.
Mientras tanto, D’Amico, quien parece haber hecho un curso intensivo de Cómo protestar al límite de la legalidad, lleva semanas manifestándose contra el intendente Castro, al que acusa de anular contratos como si fueran suscripciones de Netflix.
En medio de todo esto, el sindicato SUOEM sigue en su papel de “villano habitual” en las historias municipales de San Juan, con exintendentes recordando cómo, misteriosamente, los afiliados al gremio siempre terminan con los mejores cargos. Algo así como una versión laboral de Los Juegos del Hambre, pero con categorías municipales.
El caso ahora está en manos de la Justicia. La duda es si el juez tomará medidas rápidas o si optará por el clásico: “Lo estamos analizando”. Mientras tanto, las trabajadoras, D’Amico y el intendente parecen destinados a protagonizar la segunda temporada de este drama municipal que mezcla política, sindicalismo… y un poco de comedia involuntaria.