El freno de mano es un elemento esencial para la seguridad de todo vehículo, aunque su uso depende de varias circunstancias. Dicho sistema mecánico inmoviliza las llantas paran impedir que se desplacen y pierdan el control. Entender cuándo es necesario accionarlo, y cuándo no, es fundamental para mantener la integridad de tu auto, la tuya como conductor y la de los pasajeros.
De acuerdo con el portal de Ford, el freno de mano activa y desactiva un mecanismo que tira de un cable conectado a las ruedas traseras, el cual presiona el rotor de los frenos impidiendo que se mueva.
En la mayoría de vehículos, un tambor situado en la rueda contiene piezas como resortes y zapatas que ejercen presión sobre el rotor y logran que las ruedas queden bloqueadas.
Frente a la pregunta de por qué hace ruido, el freno de mano consta de un disco dentado que va hacia un solo sentido. El botón de este se acopla y desacopla a un único diente que encaja con los dientes del disco. Al apretarlo, se escucha un sonido que es el recorrido del diente del freno por los dientes del disco. Dicho mecanismo puede activarse sin el botón, pero no es lo correcto.
Y es que, para liberar el freno, es necesario presionar el botón porque de esta manera el diente que encaja con el disco se desacopla. Utilizar mal el freno de mano lo expone a un desgaste y fallas prematuras.
La empresa CARFAX, especializada en el funcionamiento de los autos, recomienda, a la hora de estacionar, siempre poner el freno de mano, ya sea en una pendiente o en terreno plano. Activándolo, se evita que el rodado se mueva ante un agente externo, como lo podría ser el empujón de otro vehículo o, por ejemplo, condiciones climáticas como lluvias, inundaciones o incluso vientos fuertes.
La misma CARFAX, por otro lado, indica que siempre que se quiera arrancar es necesario desactivar el freno de mano, para impedir un desgaste en el embrague y las zapatas del freno.
Tampoco es recomendable accionarlo cuando los frenos hidráulicos fallan y mucho menos cuando se está manejando a velocidades altas. Esto se debe a que, al bloquear las llantas traseras se pierde el control del vehículo, haciendo que sea mucho más propenso a un derrape o giro brusco.
Además, con el paso del tiempo, es común que el cable del freno de mano se oxide o se afloje. Y, si bien su reparación suele ser bastante económica en comparación con otras piezas del auto, es preferible evitar usarlo en situaciones innecesarias.
El último consejo concierne a los autos que tengan transmisión automática: la recomendación es siempre, luego de colocar la palanca en la posición P (parking), activar el freno de mano para impedir que el peso del vehículo recaiga sobre la transmisión.