El domingo pasado, un periodista portugués tiró una de esas frases que uno siente como una cachetada con anillo: En las elecciones municipales en Brasil, los ciudadanos demostraron que la ética no es relevante a la hora de votar. Me hizo acordar a un país del cono sur que conozco, y por una conducta ciudadana que también se dio en la España socialista de Pedro Sánchez. A esto hay que agregarle a un tal Guilherme Montaneigro, reelecto Intendente de Lisboa en Portugal, que parece haberse anotado en un curso intensivo como ser «Chorreiros Exitoseiros en 6 moduleiros» con Cristina Kirchner, Lázaro Báez, Cristóbal Lopez, Ricardo Jaime, Insaurralde, De Vido, y López (bolsos incluidos) y todos los empresarios en la causa de los cuadernos de la corrupción. ¡¡NO ME DIGAN QUE NO ELIGIÓ LOS MEJORES MAESTROS!!.
Al pobre Montaneigro lo acusabas de todo: coimas, jueces truchos, comprar diputados truchísimos, criptomonedas truchísimas, respaldadas por el consejo financiero de un presidente de un país bien al sur de América Latina. Pero claro, después leí a un periodista español del diario El Mundo, que usaba exactamente las mismas palabras. Misma sintaxis, mismo tufo. Y ahí me agarró otra taquicardia. Porque me pareció —solo me pareció— que no hablaba de Montaneigro. Me pareció que nos hablaba a nosotros. De nosotros. Como si el espejo se hubiera puesto en 4K.
Santoro, Filmus 2: el regreso de los que no vuelven nunca.
Las elecciones porteñas, esas que siempre parecen el ensayo general del olvido, dejaron una nueva página en el libro sagrado del peronismo capitalino: “Cómo perder sin romper nada, pero llorando fuerte”. Después de años de Filmus perdedor y su récord Guinness de derrotas tranquilas, parieron a Santoro, que es como Filmus pero con Twitter y ojeras. Lo prepararon como si fuera a dar un discurso en la O.N.U. y terminó hablando solo frente al espejo de Crónica. Igual, no fue el único en comerse una piña sin guantes.
Mauricio, el asesino de reposeras, se rajó con un estilo digno de comedia negra. Mientras caía su tropa, él se las tomó primero Madrid, después Medio Oriente. ¿Mediación en Gaza? No, no por favor, no se puede mediar en una guerra estando el Israel de un lado, y desde una reposera, reforzada, pero reposera al fin. Fue por fútbol, negocios y la tranquilidad de que allá no lo reconocen en la calle.
Cuando desde Casa Rosada lo prendieron fuego con un videíto fake donde supuestamente apoyaba a Adorni, el tipo respondió como un actor recibido en la Universidad de tu Hermana que ya no siente el guion: con una sonrisa, un “gracias Javi” y otra escapada silenciosa. Lo que no esperaba era el hachazo de Javi, que lo dejó pintado: “Para algunas cosas está grande y no las entiende”. ¿Y sabes qué? Capaz que sí. Capaz que Mauricio ya está en esa edad en que uno se rinde y decide jugar al bridge en Europa en vez de salvar a alguien.
Pato Bullrich: la única ministra que puede herirte con una mirada… o con un hidrante.
El lunes postelectoral fue mágico. Marcha de jubilados al Congreso. Gente grande, arrastrando los huesos, la angustia, el DNI vencido. Pero Pato no distingue entre octogenarios y encapuchados. A la orden de “Pato, ocupate”, salió como si fuera la villana de Mad Max.
Reprimió con tanta eficacia que le dio a todos: a los jubilados, a los periodistas, a los propios. Una verdadera joyita del anti peronismo internacional, pero bueno, para Bullrich eso es la triple subversión.
La dolarización llegó. Solo tenes que mirar debajo del colchón.
La promesa se cumplió. Aunque no como nos imaginábamos. Nada de billetes verdes saliendo de los cajeros ni precios en rebajados en dólares. No.
Lo que vino fue la dolarización intestinal, es decir, de adentro.
Traducción: saca los dólares que tenías escondidos en la huevera, en el alhajero de tu abuela, en el frasco de galletitas que ya no tenía galletitas. Porque ahora no te van a meter preso, y además… si no los usas ya, en una semana valen menos que el eco de un discurso de Bruno Olivera, (El Senador por San Juan, al que no se le conoce la voz).
La verdadera lección de estas elecciones de los «SSHHOO» TE DIJE, «SSHHUUVVIIAA…»
No es sobre partidos. No es sobre ideologías, es sobre cómo nos acostumbramos a lo insólito. Cómo un expresidente puede desaparecer en una nube de perfume importado mientras el país se derrumba. Cómo el presidente actual por cadena nacional le niega el saludo a Jorge Macri y a su propia Vicepresidente Victoria Villarruel en plena Catedral de Bs. As. y una de las dos fechas patrias más importantes de la Argentina. El tipo antepone sus broncas personales ante el mundo entero. En su X-Twitter continúa las burlas y les pone emojis. Malos imitadores del Cristinismo kirchnerista, ya inclusive con malos modales. Es tanto el compromiso con el peronismo que hasta han mutado en los propios reyes de los pésimos modales, la propia Cristina Kirchner, Guillermo Moreno, y Aníbal Fernández, y Leopoldo Moreau. Sin embargo, a Lijo lo saluda, a Massa que le armó las listas en la Pcia. de Bs. As. lo saluda, al Papa Francisco fue de rodillas a pedirle perdón, al exsenador Kueider lo saludaba, pero de otra manera, más sustancial, a Scioli lo saluda, a Macri lo saludaba cuando necesitó del apoyo del PRO para aprobar la Ley Bases, ¿por qué no tuvo huevos de no saludar a los Jueces de la Corte Suprema de Justicia que estaban en el Tedeum?, porque sabe que lo tienen en un puño.
Cada día esto se parece a una telenovela mexicana de bajo presupuesto, por más bien que le vaya -dicen ellos- en la economía, que es lo que a la gente le importa nada más. a lo mejor estamos viviendo en un universo paralelo inventado por el mismo guionista de “Los Tres Chiflados”.