Cristian Medina se va de Boca, a cambio de una cifra millonaria, y su futuro próximo podría estar en otro club de la Argentina, Estudiantes de La Plata. Un grupo empresario pagará la cláusula de rescisión de 15 millones de dólares para dejar libre al talentoso volante diestro y se dice que podría cederlo por seis meses al club presidido por Juan Sebastián Verón como antesala de su arribo al Viejo Continente, a mediados de 2025.
Esta sorpresiva negociación se da en medio del debate por el ingreso de las SAD al fútbol argentino, con Estudiantes en la vereda opuesta a la postura de la AFA al respecto, y con la figura del empresario Foster Gillett trabajando en un acuerdo de inversión con Verón. La transferencia, en caso de concretarse, será motivo de debate y polémica porque además involucra a dos equipos argentinos.
El joven mediocampista de 22 años, quien hasta hace unos meses era considerado como una de las figuras de Boca, con contrato hasta 2026, estaba en conflicto desde octubre por una negociación fallida por su pase al Fenerbahce de Turquía. Primero se negó a jugar un partido y luego fue «colgado» debido a su actitud. Ahora, la novedad es que el futbolista surgido de las inferiores quedará libre a cambio de 15 millones de dólares, limpios y en un pago, para la institución.
La novela de Medina con Boca se inició a fines de agosto con un video difundido por las redes sociales del club en el que se evidenciaron las ganas del volante por probar suerte en el fútbol del exterior. Allí, en medio de varias escenas de un entrenamiento, de repente se lo ve hablando con Miguel Merentiel y dejando una frase que tenía sabor a despedida: “Si no me voy ahora, no me voy más”.
El mercado de pases estaba abierto pero las negociaciones entre Boca y los turcos no llegaron a buen puerto, primero con el monto de su fichaje y luego con los plazos de los pagos. Se decía que Medina podía quedarse a jugar en Argentina y viajar recién en enero, y el último número que llegó desde Estambul hablaba de 10 millones en cuotas y 5 más de acuerdo a objetivos. Sin embargo, todo quedó en la nada.
En octubre, con Fernando Gago recién llegado a Boca en busca de salir de una crisis deportiva que lo obligaba a ganar la Copa Argentina para obtener un título y llegar a la Copa Libertadores 2025, Medina sorprendió al negarse a jugar por los cuartos de final contra Gimnasia, en cancha Newell’s. Su planteo cayó muy mal en la dirigencia, especialmente a Juan Román Riquelme y su Consejo de Fútbol, que decidieron marcarle la cancha al futbolista.
Borrado del plantel, el mediocampista que este mismo año jugó los Juegos Olímpicos de París y pintaba para consolidarse en el fútbol argentino, parecía condenado a cumplir los dos años que le quedaban de contrato sin minutos en cancha. Por suerte para todos, la situación se terminó resolviendo.
El caso de Medina se asemeja a los que ya vivió Boca con Valentín Barco y Ezequiel Fernández, dos juveniles con mucha proyección pero que anticiparon su partida utilizando el mismo mecanismo. El Colo, hoy sin club en el Viejo Continente tras no conformar al Sevilla, se marchó hace un año rumbo al Brighton inglés luego de pagar 10 millones de dólares. El Equi, a mitad de este 2024, eligió asegurar su futuro económico en la liga de Arabia Saudita a cambio de 15 millones, dejando un vacío en el mediocampo que nadie logró. reemplazar.