Los gendarmes de San Juan siguen descubriendo métodos “creativos” de los narcos para el contrabando. En un control de rutina, divisaron a simple vista que un ciudadano oriundo de Mendoza tenía un “bulto sospechoso” en la zona del abdomen. No, no era que se había pasado con los asados, sino que llevaba un ladrillo de cocaína amarrado con una faja, como si fuera una faja modeladora… pero versión cárcel.
Para asegurarse, se realizó el “pasaje” con el can de la Fuerza, que inmediatamente olió lo que todos sospechaban: el hombre no llevaba una panza cervecera, sino un delivery de alta pureza. El pesaje confirmó que la carga era de 1 kilo 096 gramos de cocaína.
Pero la jornada de creatividad narco no terminó ahí. En un segundo operativo, esta vez sobre el Paraje San Carlos, el personal de la misma Unidad detuvo un automóvil con un conductor mayor de edad. Nuevamente, el binomio cinotécnico entró en acción y el can “Benzo” –con más olfato que una suegra desconfiada– detectó otra sorpresa dentro del vehículo: un paquete y medio con 1 kilo 599 gramos de cocaína.
Ambos protagonistas de esta historia terminaron en manos del Fiscal General de San Juan, Dr. José Francisco Maldonado, quien seguramente ya tiene el guion listo para otra edición del reality del crimen. Porque si algo nos queda claro es que, en el mundo del narcotráfico, la creatividad nunca falta… pero la inteligencia, a veces sí.