«No hay nada más gorila que querer conducir y someter a los demás representando sólo a una pequeña minoría». Un dirigente peronista con mucha autoridad (por su historia personal), para hablar de la violación de los derechos humanos por la última dictadura militar, apuntó contra Máximo Kirchner por su «descontrolada ambición de sometimiento a todo el peronismo a pesar de casi no tener reconocimiento interno».
El eco del discurso de barricada que el líder de La Cámpora expuso el viernes en un plenario en el teatro El Ateneo de la Plata sigue repicando en el gobierno de Axel Kicillof. Lo tomaron como una amenaza contra el Gobernador y varios intendentes peronistas díscolos que amagan no subordinarse a la conducción de La Cámpora.
«Estos pibes hacen un acto a 15 cuadras de la Gobernación y no lo invitan a Axel. ¿Así quieren conducir? Nunca hay que subestimar el poder de la torpeza. Vienen chocando la calesita desde que Néstor le puso medio presupuesto nacional para que se diviertan y enriquezcan», le dice a Clarín un jefe municipal al que nadie o casi nadie podría darle clases de peronismo.
En el GBA muchos prevén que la única manera de resolver esta disputa es confrontando. Cinco intendentes peronistas consultados por este diario aseguran que podría no haber retorno en el enfrentamiento entre Máximo y Kicillof.
«Está claro que Cristina pretende que Axel se someta a Máximo. Eso no va a ocurrir. Tampoco que Axel rompa con Cristina», coinciden dos líderes comunales.
El primer apriete que intentará La Cámpora al peronismo será en tres semanas. El 15 de octubre vence el plazo para presentar las listas de candidatos para conducir el Partido Justicialista a nivel nacional.
Cristina le habría bajado el pulgar al riojano Ricardo Quintela. La propuesta de la dos veces ex Presidenta y una vicepresidenta es que el sello del PJ lo maneje la catamarqueña Lucía Corpaccii.
«Wado (por de Pedro) quedó out por falta de musculatura política. Lo mismo le estaría sucediendo a la Corpacci. Nunca vi algo igual desde que nos conducen los K: hoy Cristina no puede imponer a nadie. Esa es la verdad, aunque les duela. Y ojo que en las barriadas del Conurbano ya no pesa como lo hacía antes. Por eso Máximo salió a despotricar contra todo aquel que discuta su autoridad», señala un alto jefe peronista que supo estar en la mesa chica de la conducción cuando estaba Néstor Kichner.
El segundo round de la avanzada contra Kicillof será en noviembre, cuando el gobernador necesite que la Legislatura bonaerense le apruebe el Presupuesto. Buena parte del Parlamento bonaerense está en manos de La Cámpora, con apoyo de sus socios massistas.
El líder del Frente Renovador juega su propia partido. Cambia de color según se junte con Máximo o con Kicillof. Aunque los que más conocen a Massa aseguran que va a jugar, como siempre hizo, a dos puntas para construir todo el poder que pueda luego de la derrota en las elecciones presidenciales, que lo dejo casi sin influencia para el armado de listas con vistas al 2025.
Precisamente, el camino del PJ para las elecciones del año próximo serán sobre ripio y pegado a la cornisa. Por lo que se ve, queda claro que para La Cámpora la prioridad pasa por dar y ganar la batalla interna. Por ahora, no hay urgencia de construir volumen opositor contra Javier Milei y su gobierno libertario.
Hay un grupo de jefes del Conurbano, sobre todo de la poderosa Tercera Sección, que dicen estar hartos por las chicanas de Máximo y el servilismo de Kicillof. «Sentimos que no es nuestra batalla», aclara otro intendente de un municipio grande del Sur que, a diferencia de varios de sus colegas, cree que el Gobernador terminará cumpliendo las órdenes de Cristina cuando lo apoye como candidato a Presidente en 2027.
Los que sí prevén (y desean) una valentía de Kicillof ante el asedio de La Cámpora no descartan que la batalla se dirima en una PASO. «Aunque lo más probable es que Máximo, como vocero de Cristina, amenace con ir por afuera», indican, con reminiscencia a ensayo de Unidad Ciudadana.
Lo que sí pocos dudan es que la supuesta rebeldía del Gobernador de Buenos Aires se caería de un sablazo si Cristina decide ser candidata a Diputada por la Provincia.
Cristina ya se quemó con leche cuando perdió con Esteban Bullrich, en 2017. Los que la frecuentan aseguran que no tendría temor de quemarse de vuelta. Es decir, que en 2025 podría ser candidata aún si sabe que podría perder. Y le suman la búsqueda de fueros ante su condena y demás procesamientos por corrupción.
«Lo que les recomiendo a los pibes de Máximo es que no la presionen demasiado. Cristina se enoja cuando le dicen que debe ser candidata para ordenar al PJ. Si la presionan de más, ni en pedo se presenta«, adelanta un dirigente kirchnerista con pasado y presente en la Legislatura nacional que suele almorzar una vez por semana en el Instituto Patria.
