Lo que comenzó años atrás como una idea descabellada, hoy se presenta como una de las conversiones residenciales más notables de Estados Unidos. Un antiguo estadio de béisbol, que alguna vez fue el hogar de los Indianápolis Indians, fue transformado en un complejo de departamentos de lujo, conocido como Stadium Lofts. Este proyecto, liderado por una familia, cambió por completo el panorama.
El estadio Bush, que albergó partidos de ese deporte desde 1931 hasta 1996, se encontraba en desuso desde hacía varios años, en los que llegó a ser utilizado como pista de carreras de tierra o hasta como un espacio de almacenamiento para automóviles. Cuando estaba a punto de ser demolido, la construcción fue rescatada gracias a la intervención de Indiana Landmarks, una organización de preservación histórica, que propuso convertir la estructura en un complejo de departamentos.
En 2011, la ciudad de Indianápolis le transfirió la propiedad del estadio por solo 10 dólares, y esta, a su vez, la vendió por 1 dólar. El comprador final fue el grupo desarrollista Core Redevelopment, encabezado por Michael Cox y John Watson, quienes, junto a sus hijos, aceptaron el desafío de dar nueva vida al icónico terreno, según señaló CNBC.
El proceso de conversión del Bush Stadium en Stadium Lofts no fue sencillo. La inversión total superó los 13 millones de dólares, y los desarrolladores se enfrentaron a una serie de retos técnicos. Sin embargo, su compromiso con la preservación de la esencia histórica del estadio fue evidente en cada detalle del proyecto. La fachada original de ladrillo y piedra caliza fue restaurada, y elementos icónicos como la pizarra de resultados, las taquillas y la cabina de prensa se mantuvieron intactos. Además, se colocaron las bases en el campo de juego para rendir homenaje al pasado del estadio.
El complejo, que ahora cuenta con 138 unidades residenciales, ofrece una mezcla de departamentos de una y dos habitaciones, así como lofts, con alquileres que oscilan entre 1000 y 1700 dólares mensuales. Todas las unidades están equipadas con lavadora y secadora, y algunas incluyen balcones diseñados con cercas de alambre, evocando el ambiente original del estadio.
La transformación del Bush Stadium no solo revitalizó un edificio histórico, sino que también ayudó a impulsar el desarrollo en la zona. Core Redevelopment se comprometió a construir 144 departamentos adicionales en edificios adyacentes, conocidos como Stadium Flats, completando este componente del proyecto un año después de la apertura de Stadium Lofts en 2013.
La demanda por los nuevos departamentos fue inmediata. Desde su apertura, todas las unidades fueron alquiladas. Según John Watson, la comunidad de Indianápolis mostró un gran interés en el proyecto, dado que muchos de los habitantes habían asistido a juegos en el estadio en el pasado.
Con este proyecto, los desarrolladores demostraron que la preservación histórica y el desarrollo moderno no son mutuamente excluyentes, sino que pueden coexistir para crear espacios de vida únicos y significativos.
LA NACION