En un giro inesperado de los acontecimientos, la OSP está en el centro de un escándalo de desapariciones: no, no es magia, son prestaciones que aparecen en el sistema sin haber sido realizadas. Así, la OSP termina pagando por servicios inexistentes, mientras los afiliados se quedan sin su cuota de consultas, ¡y si las quieren de nuevo, tendrán que pagar más! Como en una película de terror, pero sin el suspenso, solo el susto de la cuenta.
Pero no todo está perdido, porque Amílcar Dobladez, el ministro de Salud, y su compañero de investigaciones, Rodolfo Fasoli, tienen la receta para detener el fraude: ¡la credencial digital! Con un token que tiene más seguridad que tu cuenta bancaria, caducando en 30 minutos, aseguran que la OSP no podrá seguir haciendo «magia financiera». ¿La solución? Todos a usar el carnet digital y pedir recetas electrónicas. Si no lo haces, corres el riesgo de ser el próximo protagonista de una película de «Prestaciones Fantasmas».
Y si te preguntas: «¿Qué pasa si me roban mi credencial?» Tranquilo, porque si algo no se hizo, el sistema digital lo detecta. Eso sí, tendrás que poner la denuncia tú mismo (sí, presencialmente, por si pensabas que todo era online). Pero no temas, las sanciones a los prestadores que facturen aire serán implacables. Como un detective de película, la OSP te ayudará a descubrir quién está «jugando a ser doctor».
Y para los que temen que su bolsillo se vea afectado: no hay de qué preocuparse, los descuentos son fijos. Es más, el único misterio aquí será si las prestaciones fantasmales logran encontrar un buen lugar en el sistema.