El Primer Censo de la Población Carcelaria de San Juan revela un perfil marcado por la exclusión social, con un 93% de los internos que declararon haber asistido a la educación formal, pero con una alta tasa de analfabetismo y estudios incompletos.
La mayoría de la población penal es joven, masculina y con trayectorias laborales precarias, lo que refleja una vinculación temprana con la pobreza y la marginalidad. La baja cobertura de salud y el consumo de sustancias sugieren la necesidad de mejorar el acceso a servicios sociales y educativos dentro del sistema penitenciario. Las políticas públicas deben enfocarse en prevenir la exclusión social desde etapas tempranas para reducir la reincidencia.