Tras casi un mes sin director técnico definido, interinato de Mariano Herrón mediante, y con el regreso a los entrenamientos este martes luego de una semana libre post eliminación ante Independiente, finalmente Boca Juniors tendrá quién tome las riendas del equipo para el Mundial de Clubes y el segundo semestre del 2025. Se trata de Miguel Ángel Russo, quien en las últimas horas logró acordar su salida de San Lorenzo.
Aunque antes de que se pudiera concretar su llegada, en Brandsen 805 tuvieron que destrabar otro obstáculo: la rescisión de Fernando Gago. A pesar de ser despedido el 29 de abril, es decir, 28 días atrás, seguía figurando hasta hoy de manera oficial como el entrenador del primer equipo. Es que no habían conseguido llegar a un acuerdo para desvincularlo definitivamente, lo que impedía que pudieran contratar todavía a un reemplazo.

Con la presión del tiempo y a falta de tres semanas para el Mundial de Clubes, la única competencia internacional que tendrá el Xeneize en toda la temporada, en la Ribera decidieron acelerar las cosas y por fin pudieron encontrar una solución a la salida de Pintita. Sin embargo, no le salió para nada barato al club, ya que se vieron obligados a ceder ante todos los requerimientos del DT, que se mantuvo con una postura inflexible durante las negociaciones.
Julio Pavoni, periodista que cubre el día a día del cuadro azul y oro, informó en su cuenta de X que Gago firmó hoy su rescisión luego de que Boca accediera a pagarle hasta el final de su contrato, el cual se extendía hasta diciembre de 2026. Y como si esto no fuera suficiente, deberán abonar también el valor de la cláusula para irse de las Chivas de Guadalajara en octubre del año pasado, tasada en 1.500.00 dólares (según informó TyC Sports), que él había puesto de su bolsillo.

El ciclo de Pintita en el Xeneize duró 191 días desde su llegada el 14 de octubre del 2024 hasta su despido el 29 de abril de 2025. Fueron apenas 30 los partidos que dirigió, en los que acumuló 17 victorias, 6 empates y 7 derrotas, y toda su etapa quedó marcada por no poder entrar a la Libertadores ante un rival en los papeles muy inferior como Alianza Lima, sin chances de disputar siquiera la Sudamericana.