Así lo confesó, con la resignación de quien ve cómo se evapora el sueldo antes del 10, la Intendenta de Capital, Susana Laciar. La jefa comunal admitió que la malaria económica está más repartida que el mate en reunión de consorcio, y que a la Capital también le toca llorar con la coparticipación flaca.
“¡Ey! No por ser del mismo color político que el Gobernador nos van a tirar con la billetera abierta”, dijo Laciar, aclarando que ni siquiera ser del mismo equipo político sirve para que te aflojen un mango. “En el primer año nos bajaron 1 punto, en el segundo, otro más… y así, en dos años, perdimos 3.600 millones de pesos”. O sea: ¡pum para abajo!
Pero tranquilos, que la intendenta tiene un plan. Dijo que “el secreto para gobernar bien es ser eficiente y ahorrar hasta en el papel higiénico”. Y si hay que recortar la planta política, se recorta. Total, siempre hay algún secretario con vocación de mártir que puede ir a hacer Uber.
En resumen: la Capital está tan ajustada que en cualquier momento el Concejo Deliberante sesiona en tupper, con velitas y café de cebada. Pero eso sí, ¡eficiencia ante todo!