Para la Unión Europea, el escenario geopolítico actual es no sólo inestable sino amenazante.
Una guerra en Ucrania. Otra en Oriente Medio. Conflictos armados en el Golfo Pérsico y en África. Migraciones masivas. Crisis humanitarias. Y la amenaza siempre presente de las armas nucleares en manos de países enfrentados a Occidente. Un líder impredecible, agresivo y disruptivo en la Casa Blanca.
Y cuando la histórica alianza con Estados Unidos parece derrumbarse, el bloque de 27 países mira hacia otras latitudes para reforzar sus vínculos y hacer frente a Donald Trump con un rol más activo y central ante los desafíos urgentes.
«Tiempos excepcionales»
“Vivimos en tiempos excepcionales y necesitamos medidas excepcionales”, dice Anitta Hipper, portavoz de la Vicepresidenta de la Comisión Europea, Kaja Kallas, remarca la idea que desde los comienzos de 2025 guía los encuentros, debates y reflexiones de los líderes del bloque en Bruselas.
“América Latina es un aliado clave. Queremos formar lazos más fuertes”, asegura Hipper, en una charla con periodistas de varios medios de América Latina, entre ellos Clarín, en el marco de un encuentro de cuatro días en la capital de Bélgica y sede de las instituciones de la Unión Europea.
La guerra en Ucrania copa todas las miradas
En una sala del Servicio Europeo de Acción Exterior, frente a la estación de metro Schuman, en el corazón de la ciudad, Hipper delineó las prioridades de la UE en política exterior, con la invasión de Rusia a Ucrania en el centro de las miradas.
Ante las negociaciones para el fin de la guerra que impulsa Trump, la vocera marcó claramente la línea que sigue el bloque: unirse cada vez más pese a las diferencias políticas y consolidar alianzas multilaterales para tener una voz fuerte a nivel global sin depender de Estados Unidos.

Hipper remarcó que ante un escenario mundial turbulento, con un presidente en Washington que en apenas dos meses de mandato echó por tierra acuerdos y lazos históricos con otros países y con organizaciones internacionales, la UE no se quedará en silencio.
En esta ciudad en obras y refacciones permanentes, donde las vallas y grúas obligan a desvíos de tránsito y a caminar entre pozos y maquinarias, funcionarios y expertos -bajo anonimato pues no estaban autorizados a hacer declaraciones a la prensa- coincidieron en este planteo y apostaron a un acercamiento con América Latina y algunos países de Asia y Oceanía.
«Rusia es el agresor y esta guerra es ilegal”
La guerra en Ucrania parece en estos días el asunto más preocupante y urgente para los líderes europeos.
Mientras las negociaciones en Arabia Saudita para el fin del conflicto se mueven entre fricciones y tropiezos, Bruselas reitera que no le soltará la mano al gobierno de Volodimir Zelenski -que esta semana participó de una cumbre en París donde volvió a cosechar el apoyo de Francia y la UE.
Europa seguirá condenando el “crimen” cometido por Vladimir Putin al invadir Ucrania en febrero de 2022.
“Necesitamos una voz muy fuerte. Debemos dejar bien claro que Rusia es el agresor y que esta guerra es ilegal”, enfatizó Hipper, quien todos los mediodías comparece en la sala de prensa del Servicio Exterior Europeo para responder a la lluvia de preguntas de periodistas de un abanico de nacionalidades.

“Europa ha estado más unida que nunca. Hemos aprobado 16 paquetes de sanciones a Rusia y estamos trabajando en un 17° paquete de medidas”, recordó la portavoz.
Los cortocircuitos entre el gobierno de Trump y el de la UE son en muchos casos evidentes, aunque los líderes europeos aclaran que preferirían no romper con esa alianza histórica y necesaria para ambas partes.
Pero la sorpresiva propuesta del jefe de la Casa Blanca de negociar con Rusia -casi sin mencionar a Kiev-, o de aplicar una batería de aranceles aduaneros a productos importados, Europa cambia de estrategia.

«Vivimos en un mundo muy diferente»
“Desde el 20 de enero -cuando Trump asumió por segunda vez la presidencia en Estados Unidos- vivimos en un mundo muy diferente”, dijo ante Clarín un funcionario de la UE en el moderno edificio de Rond Point Schuman.
Resumió así una idea que repitieron varias fuentes europeas en estos días. “Sabemos que los países de América Latina y el Caribe son aliados de Europa. Pero tenemos que esforzarnos mucho para avanzar en las relaciones internacionales, con la Organización de Naciones Unidas como base”, insisten.
La brecha con Estados Unidos no es sólo por su posición ambigua respecto de Ucrania. La guerra comercial que ha lanzado -y que ya provocó fuertes remezones en los mercados mundiales- causan enorme malestar y preocupación al otro lado del Atlántico.
Y Europa ve además con gran inquietud las decisiones que ha tomado Trump respecto los valores y prioridades que promueve la UE como la defensa de los derechos humanos, la lucha contra el cambio climático y un desarrollo científico y tecnológico responsable y sustentable.

“Este es un momento geopolítico de enorme gravedad”, dijo otra fuente del bloque en el edificio de Rond Point Schuman en un diálogo en el que estuvo Clarín.
“No se trata sólo de las guerras en Ucrania y en Oriente Medio. Es además un momento en que se están poniendo en cuestión las reglas y marcos de las relaciones diplomáticas vigentes desde la Segunda Guerra Mundial”, agregó.
Conceptos como seguridad, defensa, protección de fronteras, migraciones, son claves más que nunca para Europa, que promete aferrarse a los valores que lleva como banderas desde su creación como bloque.
Esos valores son derechos humanos, respeto al derecho internacional, integridad territorial, inviolabilidad de fronteras, soberanía, desarrollo sustentable y sobre todo multilateralismo, un concepto con el que pretende barrer el nuevo gobierno de Estados Unidos.
Los funcionarios europeos, lejos de los micrófonos, admiten que toman muy en serio las amenazas de Trump cuando habla de “recuperar” el Canal de Panamá, anexar Canadá o comprar Groenlandia, entre otras ideas que suenan extravagantes.
Esta semana, por lo pronto, causó gran revuelo la visita a Groenlandia, este viernes, del vicepresidente estadounidense JD Vance y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Walz.
Acuerdo con el Mercosur
El acuerdo de la UE con el Mercosur, que finalmente se firmó en diciembre después de años de negociaciones -y que ahora está en un proceso de traducciones y detalles que llevarán varios meses antes de su ratificación y entrada en vigencia-, un acuerdo muy avanzado con Chile y otro con México son los ejemplos más mencionados por aquí como muestra del acercamiento estratégico de la UE con América Latina.
Las fuentes coinciden en que el tono agresivo y las medidas impredecibles de Trump son un riesgo pero a la vez una oportunidad. “América Latina y la Unión Europea están llamadas a jugar un rol fundamental” en este nuevo escenario, afirman los funcionarios europeos.
A la vez, desde aquí también se trabaja en fortalecer relaciones con países como Australia, Nueva Zelanda, Japón. Y Gran Bretaña, que abandonó el bloque en enero de 2020, muestra señales de acercamiento, en especial en los planes de rearme y de apoyo incondicional a Ucrania en la guerra.
ientras el sol sorprendió a los habitantes de esta ciudad en los primeros días de la primavera europea, generalmente lluviosa, el movimiento es constante en las diferentes sedes de la UE. Reuniones, entrevistas, conferencias, audiencias parlamentarias.
La burocracia europea, un problema
Más allá de las buenas intenciones, lo cierto es que cada decisión en el bloque puede llevar semanas, meses o años hasta ver la luz. Los mecanismos de aprobación para cada norma o resolución son tan meticulosos como engorrosos y largos.
No siempre se logra la unanimidad necesaria para las leyes, por las diferencias políticas entre los gobiernos de los 27 países. Los debates en el Parlamento Europeo -y en los Parlamentos de cada miembro, cuando es necesario- pueden demorar decisiones a todo nivel, sobre asuntos comerciales, de defensa, de migración, de energía, medio ambiente o cualquier otro tema sensible.
Alguien describió al bloque como un gran transatlántico: una maquinaria muy compleja, enorme, pesada y que demora en comenzar a andar.
“Pero una vez que avanza, es muy seguro, estable”, señaló la fuente. Las decisiones rápidas y de corto plazo que propone Trump están lejos de las aspiraciones de la UE. No será fácil actuar como contrapeso de una potencia como Estados Unidos. El bloque está decidido a intentarlo.