Atención, atención! ¡La estafa la estafa puso primera, y no se trata de una oferta de «2×1» en helados! Resulta que un tal Gustavo Páez, el Robin Hood de la venta de autos (pero sin la parte de robar a los ricos y dar a los pobres), se metió en un pequeño lío judicial después de vender dos autos robados por la módica suma de $13 millones. ¡Un precio inmejorable por vehículos con pedido de captura incluido!
La fiscal Silvina Putelli, con cara de haberlo descubierto todo en el primer episodio de «Investigación por Facebook», explicó que, además de las patentes adulteradas, los autos eran mellizos. O sea, dos autos con una identidad falsa, ¡como si fuera una operación secreta de espionaje, pero con ruedas!
Para hacerlo aún más sofisticado, el gran vendedor, Gustavo, se movía a través de la mítica y siempre confiable plataforma de Marketplace en Facebook, donde ofrecía autos que no coinciden con la realidad (y por supuesto, no con la documentación), todo mientras recibía pagos en efectivo y por cuotas, como si fuera el Netflix de las estafas automovilísticas.
Y el desenlace de esta película de suspenso no se hizo esperar: un control policial y un accidente, y ¡zas! El comprador se da cuenta de que su auto no tiene ni el número de chasis correcto ni la matrícula adecuada. Un final digno de cualquier película de thriller, pero sin la parte emocionante… sólo un montón de papeleo.
Así que, si estás buscando coche, ¡asegúrate de que no venga con más sorpresas que el menú del día!
4o mini