Si sos usuario de Naturgy en San Juan, felicidades: te anotaste sin querer en una competencia de resistencia, paciencia y habilidades de supervivencia. Porque conseguir que te atiendan bien es casi tan difícil como ganarle al calor sanjuanino sin un buen aire acondicionado (que, casualmente, depende de Naturgy).
Las autoridades del EPRE, con un entusiasmo digno de una epopeya burocrática, han decidido que la atención al público no debería ser un homenaje a la tortura medieval. En un comunicado de esos que suenan bonitos pero que pueden significar cualquier cosa, dijeron que hay que modernizar el servicio, pero sin que eso implique maltratar más a los usuarios.
Claro, porque en algún momento alguien pensó que la solución para mejorar la atención era reducir el personal y aumentar la espera. Un genio. Seguro también cree que para arreglar el tránsito hay que sacar los semáforos.
Pero no todo está perdido. El EPRE intimó a Naturgy a cumplir con su contrato de concesión. Esto, en idioma político-burocrático, significa que le pidieron con muchas palabras que haga lo que ya debería estar haciendo. ¿La empresa responderá a este noble llamado o seguirá apostando a la teoría de que si un cliente se cansa lo suficiente, se va y deja de molestar?
Mientras tanto, los usuarios seguirán enfrentando la odisea de hacer un trámite: largas filas, números que nunca llegan, empleados que parecen haber hecho votos de silencio y un servicio telefónico que compite con el de las operadoras de los años ‘90.
Quizás en la próxima revisión tarifaria del 2025 alguien descubra la fórmula mágica para que una empresa de servicios atienda bien sin que sea noticia. Pero por ahora, si tenés que hacer un trámite, mejor llevá agua, comida y una silla. Puede ser una larga espera.