RIAD.- En una reunión llevada a cabo hoy en Riad entre altos diplomáticos de Medio Oriente y Europa, Arabia Saudita instó a levantar las sanciones contra Siria para impulsar la reconstrucción del país y su economía después del derrocamiento del presidente Bashar al-Assad el 8 de diciembre, lo cual puso fin a décadas de gobierno de su familia. En el encuentro participó el nuevo ministro de relaciones de Siria, así como representantes de la Unión Europea, Estados Unidos y las Naciones Unidas. Esta reunión con los representantes europeos se realizó luego de que los ministros de relaciones exteriores de Medio Oriente se habían reunido previamente.
Gran parte del mundo había roto lazos con Al-Assad e impuso sanciones a su gobierno después de la represión a las manifestaciones antigubernamentales en 2011 y ahora Estados Unidos y los países europeos se han mostrado cautelosos respecto de los nuevos gobernantes de Siria debido las raíces islamistas de los exinsurgentes que expulsaron a Al-Assad y han dicho que poner fin a las sanciones dependía del progreso de la transición política.
El nuevo ministro de Relaciones Exteriores sirio, Asaad al-Shaibani, asistió a la reunión. Con Al-Assad fuera de escena, las nuevas autoridades esperan que la comunidad internacional invierta dinero en el país para reconstruir su infraestructura devastada y hacer que su economía vuelva a ser viable, después de casi 14 años de una guerra civil que mató a unas 500.000 personas y desplazó a la mitad de los 23 millones de habitantes. El gobierno interino ha prometido pasar a un régimen abierto y pluralista.
En la reunión el canciller saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, dijo que deberían levantarse las sanciones internacionales y unilaterales contra Siria. Mantenerlas “obstaculizará las aspiraciones del pueblo hermano sirio de lograr el desarrollo y la reconstrucción”, subrayó. Por otra parte, elogió las medidas adoptadas hasta el momento por el gobierno interino, incluidas las promesas de iniciar un proceso político “que incluya varios componentes” del pueblo sirio.
La ministra de Relaciones Exteriores alemana Annalena Baerbock dijo que las sanciones contra “los secuaces de Al-Assad que cometieron crímenes graves” deben mantenerse. Pero pidió “un enfoque inteligente que proporcione un rápido alivio a la población siria. Los sirios ahora necesitan resultados rápidos de la transición de poder”. Si bien no dio más detalles, anunció 50 millones de euros adicionales (51,2 millones de dólares) en ayuda alemana para alimentos, refugios de emergencia y atención médica.
La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, dijo que los países europeos quieren ver un gobierno que incluya a todas las comunidades religiosas y étnicas de Siria. “Queremos ver también la inclusividad de las mujeres en el proceso, así que estas son las cosas que vamos a discutir”, añadió. Los cancilleres europeos tienen previsto reunirse el 27 de enero para abordar este tema, según Kallas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, anunció que su país, que fue un fuerte partidario de la oposición siria a Al-Assad, intentará ayudar a Siria a normalizar los lazos con la comunidad internacional. Añadió que era importante establecer “un equilibrio entre las expectativas de la comunidad internacional y la realidad que enfrenta el nuevo gobierno en Siria”. Asimismo, prometió el apoyo turco al nuevo gobierno, especialmente en la lucha contra las amenazas del grupo Estado Islámico. “Estamos listos para hacer nuestra parte para aliviar el difícil camino por delante para el pueblo sirio”, añadió.
El subsecretario de Estado de Estados Unidos, John Bass, estuvo también presente en el encuentro tras una visita a Turquía, donde subrayó “la importancia de la estabilidad regional y de impedir que Siria sea utilizada como una base para el terrorismo”.
Gran parte del mundo rompió lazos con Al-Assad e impuso sanciones a su gobierno, y a sus aliados rusos e iraníes, por presuntos crímenes de guerra y la fabricación del estimulante tipo anfetamina Captagon, que supuestamente generó miles de millones de dólares con el contrabando de las pequeñas pastillas blancas a través de las porosas fronteras de Siria.
Estados Unidos, Europa y algunos países árabes comenzaron a imponer sanciones a Siria después de la represión de Al-Assad a las manifestaciones antigubernamentales en 2011, que derivó en más de 13 años de una guerra civil, más de medio millón de muertos y millones de sirios que abandonaron el país. Las mismas no sólo apuntan a altos funcionarios del gobierno, sino también a la industria petrolera del país, las transferencias de dinero internacionales y cientos de entidades e individuos vinculados al gobierno de Al-Assad, paralizando la economía.
Si bien existen exenciones cuando se trata de ayuda humanitaria, las organizaciones de ayuda han dicho que el exceso de cumplimiento por parte de las instituciones financieras obstaculiza sus operaciones.
Estados Unidos relajó la semana pasada algunas de sus restricciones sobre Siria, y el Departamento del Tesoro emitió una exención de seis meses que autoriza ciertas transacciones con el gobierno sirio, incluidas algunas ventas de energía y transacciones ocasionales.
Estados Unidos también retiró una recompensa de 10 millones de dólares que había ofrecido por la captura de Ahmad Al-Sharaa, el líder rebelde sirio anteriormente conocido como Abu Mohammed al Golani, cuyas fuerzas lideraron el derrocamiento de Al-Assad el mes pasado. Al-Sharaa fue un miliciano de alto rango de Al Qaeda que se separó del grupo hace años y ha prometido una Siria inclusiva que respete los derechos de las minorías religiosas.
La reunión de hoy es parte de un proceso iniciado con las conversaciones sobre la Siria pos Al- Assad que tuvieron lugar en diciembre en Jordania, en las cuales la comunidad internacional puso como condición especialmente el respeto de los derechos de las minorías y de las mujeres, así como la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Agencias AP, AFP y Reuters