WASHINGTON.- Aquellos entusiasmados por volver a poder pasar por los controles de la seguridad aeroportuaria de los Estados Unidos con los zapatos puestos podrían tener otra alegría para sus viajes: cambios en la cantidad de líquidos que pueden llevar.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, dijo el miércoles, durante una conferencia organizada por el medio The Hill, que está cuestionando “todo lo que hace la TSA”, sigla que corresponde a la Administración de Seguridad en el Transporte, y habló de posibles cambios en la cantidad de líquidos que los viajeros pueden transportar en su equipaje de mano.
“Estoy cuestionando el tema de los líquidos. Así que tal vez ese sea el próximo gran anuncio: qué tamaño deben tener sus líquidos”, dijo Noem. “Hemos implementado en la TSA un proceso de control con múltiples capas que nos permite cambiar parte de la forma en que hacemos la seguridad y los controles, manteniéndolos igual de seguros”.
No ofreció detalles sobre en qué consistirían exactamente esos cambios ni cuán pronto podrían verlos los viajeros.
Según las normas actuales de la TSA los viajeros pueden llevar líquidos en envases de tamaño de viaje de 100 mililitros o menos por artículo en su equipaje de mano. Estos envases deben colocarse en una bolsa de plástico con cierre de aproximadamente un litro. Los envases más grandes deben ir en el equipaje despachado, aunque existen excepciones para medicamentos y leche infantil.
Noem anunció el 8 de julio que los viajeros ya no estarían obligados a sacarse los zapatos al pasar por el control de seguridad, después de que un programa piloto demostrara que la TSA contaba con el equipo necesario para mantener la seguridad en aeropuertos y aeronaves mientras se permitía que las personas mantuvieran los zapatos puestos.
La política de sacarse los zapatos para atravesar los controles estaba vigente desde 2006, varios años después del fallido intento del “bombardero del zapato”, Richard Reid, de derribar un vuelo de París a Miami a finales de 2001 con una bomba escondida en su zapato.
Las restricciones sobre los líquidos, por su parte, se implementaron por otro incidente ocurrido en 2006, cuando las autoridades frustraron un complot para usar explosivos líquidos introducidos de contrabando en el equipaje de mano con el fin de hacer estallar aviones comerciales.
Noem también expuso su visión sobre el futuro de los viajes en aeropuertos durante la charla del miércoles.
“Ojalá que el futuro de un aeropuerto, hacia donde yo quiero ir, sea que entres por la puerta con tu equipaje de mano, pases por un escáner y vayas directamente a tu avión”, dijo Noem. “Te toma un minuto”.
Agencia AP