Frente al nuevo mundo que impulsa Donald Trump, las amenazas de Rusia y su vigilancia en el Mar del Norte y el Canal de la Mancha, el fracaso del Brexit y la imposibilidad de firmar acuerdos comerciales exitosos, Gran Bretaña se acerca a la Unión Europea con pasos amigos. El divorcio vincular entre el reino y la UE se va pareciendo cada día más a una reconciliación.
Primero fue un plan para devolver a los jóvenes hasta 30 años la libertad de movimientos entre el reino y la UE que el Brexit les cortó. Analizan que puedan viajar e instalarse los jóvenes británicos en la UE para trabajar o estudiar y viceversa.
Ahora el Reino Unido y la UE desafían a la administración Trump con una nueva alianza estratégica para impulsar el comercio y la seguridad.
Después de una cumbre sobre la energía en Londres, que tuvo de huésped a Ursula Von der Leyen , la presidenta de la Comisión Europea, y un fraternal trato con el primer ministro Sir Keir Starmer, los vínculos entre el gobierno británico y Bruselas están lejos de los ríspidos días de Boris Johnson. Hoy redactan una declaración para ayudar a abordar las fluctuaciones en la economía mundial.
El Reino Unido y la UE han esbozado una «nueva alianza estratégica», destinada a impulsar el comercio y presentar un frente europeo unido en Ucrania, desafiando la amenaza de Donald Trump de romper décadas de alineación transatlántica.
Cumbre UE-Londres, el 19 de mayo
Un borrador de declaración que Londres y Bruselas están elaborando, antes de la cumbre entre el Reino Unido y la UE del 19 de mayo, apunta a un «entendimiento común» sobre una serie de intereses compartidos.
Los embajadores de la UE se reunirán en Bruselas el miércoles para recibir información de los funcionarios, que han pasado los últimos meses trabajando en las áreas donde se podría alcanzar un acuerdo durante el próximo año.
Defensa, migración y el regreso de los jóvenes
Un pacto de defensa y seguridad, que implicaría una cooperación más estrecha en Ucrania, encabeza la lista de prioridades, junto con la migración. Un tema candente a ambos lados del Canal de la Mancha.
Varias capitales de la UE impulsan un programa de «experiencia juvenil», que permitiría a los ciudadanos de la UE pasar al menos 12 meses en el Reino Unido, bajo un programa de visados recíprocos, que no incrementaría las cifras de migración, que tanto irrita a los antieuropeos.
El borrador del comunicado, que está siendo afinado por los funcionarios, está diseñado para ser la base de una declaración política y un marco para las conversaciones sobre diversos temas.

«Confirmamos nuestros principios compartidos de mantener la estabilidad económica mundial y nuestro compromiso mutuo con el comercio libre y abierto», señalaba el borrador. Añadía que las partes seguirían trabajando «en cómo mitigar el impacto de las fluctuaciones en el orden económico mundial».
Gran Bretaña avanza hacia un nuevo acuerdo de defensa con la Unión Europea. Funcionarios de ambas partes esperan que ayude a mejorar las relaciones tras el Brexit, luego del cambio radical que el presidente estadounidense Donald Trump impuso a las alianzas comerciales y de seguridad.
El primer ministro Keir Starmer ha estado intentando restablecer las relaciones con la UE desde que el laborismo ganó las elecciones. Su gobierno se ha centrado prioritariamente en la seguridad y la defensa, un área de fortaleza para Gran Bretaña.
Pero Starmer debe evitar que parezca que se acerca demasiado a la UE de 27 países, ya que su gobierno también busca un mejor acuerdo económico con Washington para reducir algunos aranceles de importación estadounidenses.
El Reino Unido se enfrenta a un arancel del 10%, mientras que la UE se enfrenta al 20%. El problema es que este acuerdo pos Brexit puede enfurecer a Trump, con quien el reino está negociando los aranceles.
Producto de un mundo inestable
«En un mundo que parece cada vez más inestable y con un futuro incierto, es muy positivo que colaboremos tan estrechamente en tantos temas: defensa y seguridad… Pero también en comercio y economía», declaró Starmer al inicio de las conversaciones con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, añadiendo que el reinicio sería de «enorme beneficio» para ambas partes.
Von der Leyen elogió la «excelente cooperación» entre el Reino Unido y la UE y mencionó la necesidad de un acuerdo de energías renovables en el Mar del Norte.
Anteriormente, el embajador de Alemania en Londres, Miguel Berger, afirmó que la «difícil situación geopolítica» hacía aún más importante que la UE y el Reino Unido cooperaran al máximo, añadiendo que se esperaba un acuerdo sobre un pacto de defensa.
El portavoz de Starmer declaró: «El primer ministro ha dejado claro que una mejor colaboración con la UE ofrece importantes beneficios en términos de empleo, empresas británicas, reducción de barreras comerciales, impulso del crecimiento y protección en un mundo cada vez más peligroso. Por lo tanto, es de esperar que debatamos una amplia gama de temas con la UE y, obviamente, que nos informen al respecto en la cumbre».
El acuerdo con Trump
Gran Bretaña, que abandonó la UE en 2020 tras un referéndum histórico en 2016, está intentando sortear las consecuencias geopolíticas y económicas de la imposición de aranceles mundiales por parte de Trump y el cuestionamiento de las protecciones de seguridad de Estados Unidos para sus aliados.
La chancellor de las finanzas, Rachel Reeves expresó el jueves su confianza en la posibilidad de alcanzar un acuerdo comercial con Estados Unidos, a pesar de las diferencias entre ambos países.
Los ministros han afirmado que Gran Bretaña no reducirá los estándares en sectores como el alimentario o el automovilístico en busca de un acuerdo con Estados Unidos. Pero que está abierta a buscar una reducción de las barreras comerciales entre ambas partes.
La diplomacia del golf
La diplomacia del golf está en marcha para conseguirlo. Los funcionarios de la cancillería británica tienen como misión conseguir que el Open Championship de Golf se celebre en el campo de Golf de Turberry en Escocia, propiedad del presidente norteamericano.
Funcionarios del Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte (DCMS) han discutido la posibilidad con la R&A, uno de los dos organismos rectores del golf y organizador del Open, el torneo de golf más antiguo del mundo.
Fuentes gubernamentales afirmaron que Trump sigue muy interesado en el futuro de sus dos resorts de golf en Escocia. Su segundo campo es el Trump International Golf Links en Aberdeenshire, inaugurado en 2012, pero que no se consideraría sede del Abierto.
Una fuente cercana a las conversaciones declaró: «El gobierno está haciendo todo lo posible para acercarse a Trump. Un aspecto concreto es que el DCMS ha participado en la presión para que el Abierto regrese a Turnberry, propiedad de Trump».
La finca de 800 acres de Turnberry en Ayrshire, adquirida por Trump por 39,5 millones de libras en junio de 2014, albergó el Abierto por última vez en 2009.
El rey Carlos también mencionó la finca de Turnberry en su carta en la que ofrecía a Trump una visita de estado este año, muy cercana al palacio de Balmoral.