Originalmente, eran conocidos como Los Calamares. Pero en la década de 1970, adoptaron el apodo de Tiburón, que simbolizaba no solo su conexión con el mar, sino también su agresividad en el campo de juego en esos tiempos dorados en los que fue tricampeón de la liga local, participó de los torneos Nacionales de Primera División en 1974, 1975 y 1976 y ganó en la Bombonera en el ‘75. El sobrenombre quedó bien representado en la soleada y calurosa tarde del domingo en el Gigante de Arroyito. A orillas del río Paraná, Aldosivi se devoró a San Martín de Tucumán, al que le ganó 2 a 0, se consagró campeón y ascendió a la Primera División. Y Mar del Plata recupera su plaza en la máxima categoría del fútbol argentino.
Aldosivi, más que un club de fútbol, es un símbolo de identidad y pertenencia con La Feliz. Fundado el 29 de marzo de 1913, su historia está vinculada con el desarrollo de la ciudad balnearia y su puerto. De hecho, nació de ahí. Muchos de sus fundadores fueron trabajadores portuarios y de la industria pesquera. Y el nombre surgió de la dirección telegráfica del puerto, que era Aldosiwi. Esa denominación nació de tomar las dos iniciales de los nombres de los cuatro ingenieros de la empresa francesa a cargo de la construcción del mismo. Ellos fueron: Allard, Doulfus, Sillard y Wiriott. Luego, el club cambió la “W” por la “V”. También, modificaron los colores. Eran azul, blanco y rojo. Y fueron reemplazados por el verde y el amarillo por una donación de camisetas por parte de una empresa local.
Con el corazón marplatense firme, Aldosivi superó varios obstáculos en su historia. Por ejemplo, la preocupación por dónde jugar, algo que había quedado subsanado con su localía en el José María Minella. Sin embargo, ahora deberá estar pendiente de los arreglos estructurales que necesita el estadio mundialista. Y en la cancha, también supo de caídas y levantadas. Como le sucedió en las últimas dos temporadas en la Primera Nacional, luego de descender en 2022. Pero el Tiburón se recuperó y otra vez estará en la élite del fútbol argentino.
Para alcanzarla, la peleó durante todo 2024. Con algunos altibajos, logró mantenerse entre los cuatro o cinco de arriba y a la última fecha llegó siendo el que menos chances tenía de meterse en la final. En el medio del año, también padeció la violencia. En la previa del encuentro contra San Telmo, en la Isla Maciel, en el cierre de la primera rueda, explotaron bombas de estruendo en el vestuario visitante. El violento episodio provocó una humareda dentro de las instalaciones, además de afectar a varios de los integrantes de la delegación. El más aturdido fue Andrés Yllana, director técnico del Tiburón, quien debió ser fue trasladado al hospital Argerich ya que sufrió “hipoacusia bilateral por barotrauma”.
Una rueda más tarde, los estruendos fueron de felicidad. Aldosivi le ganó 2-0 a San Telmo en Mar del Plata, aprovechó los empates de Chicago y de Deportivo Madryn, y se metió en la final por el ascenso. El cabezazo de Gabriel Tellas para que Brown de Adrogué iguale el encuentro en Mataderos en la última jugada fue tan importante y será tan recordado como los que el equipo marplatense hizo en Rosario. Aldosivi llegó al partido decisivo por la ventana. Hizo 64 puntos en la temporada, producto de 17 victorias, 13 empates y 8 derrotas. Sacó 17 unidades menos que su rival. Es que San Martín de Tucumán había arrasado. Obtuvo 81 puntos (24 triunfos, 9 empates y 5 derrotas) y se clasificó a la final un mes antes.
Pero el fútbol muchas veces carece de lógica. Si no, la victoria hubiese sido de San Martín, amplio favorito. Sin embargo, Aldosivi lo superó en el campo de juego y lo venció con autoridad. En 90 minutos, en un partido que se jugó con VAR, algo que no es habitual en la categoría, Aldosivi lo ganó con las definiciones de Nicolás Laméndola (lo gozó el doble porque es jugador de Atlético Tucumán y está a préstamo) y Elías Torres (hizo un golazo) en el primer tiempo.
Y en el complemento lo sostuvo con la experiencia de Juan Ignacio Sills, de 37 años, y con las atajadas del inoxidable Jorge Carranza, que a los 43 años disfruta de su tercer ascenso. Los otros dos fueron con Instituto de Córdoba, de donde tuvo que irse porque Diego Dabove no lo tuvo en cuenta. Ambos fueron pilares de la conquista. “Es una locura, una emoción muy grande, la luchamos muchísimo, era muy difícil pero salió como lo planteamos. Cuando tuvimos la posibilidad, la embocamos y y después defendimos a muerte”, afirmó Sills. Y continuó Carranza: “Es muy especial para mí todo esto. Es mi tercer ascenso. Y decían que estaba viejo…”.
En el logro de Aldosivi también fue clave el trabajo del padre de la criatura. Yllana armó un equipo sólido y compacto que supo sobreponerse a las adversidades y golpear en los momentos justos. “Es una emoción grande después de un año de un gran trabajo de los chicos porque estuvimos siempre entre los primeros, y tuvieron la personalidad para llevar adelante el plan de trabajo, estuvieron enfocados y en este partido lo demostraron. El primer tiempo fue perfecto, salió todo lo que planificamos en la semana y jugamos la mayoría del partido como quisimos nosotros”, manifestó. Y agregó: “Desde chico me levanto para cumplir los desafíos. Se lo dedico a mi familia, a los jugadores, a los empleados del club, a la República del puerto como dicen y a los que estaban esperando que nos cayéramos…”.
Yllana, formado en Gimnasia con la escuela de Carlos Timoteo Griguol y que fue compañero de Pep Guardiola como futbolista en el Brescia de Italia, había tenido su primera experiencia con un plantel profesional en Aldosivi, justamente, en 2011. No le fue bien en ese momento y 13 años después se tomó revancha para conseguir su primer título como entrenador y darle el tercer ascenso en una década (2014, 2018 y 2024) al Tiburón. Aldosivi es otra vez de Primera y volverá a enfrentar a los grandes. El puerto marplatense está de fiesta.