Finalmente el Gobierno decidió reemplazar al embajador argentino en las Naciones Unidas, el veterano diplomático de carrera Ricardo Lagorio.
Hasta este lunes su reemplazante sería Francisco Tropepi, otro diplomático de carrera, y quien hace poco, con el gobierno de Javier Milei se había convertido en el número dos de la embajada argentina en los Estados Unidos.
Esto confirma que es el embajador Gerardo Werthein quien eligió al Nuevo representante de Argentina ante la ONU con sede en Nueva York.
Tal como había anticipado Clarín, la misión de Lagorio comenzó a tambalear con sus problemas con Werthein por sus críticas a las posiciones ultra-conservadoras que la Casa Rosada decidió imponer en la agenda Argentina ante la ONU, en particular en lo que hace al pacto del futuro al que renunció Milei. Y también por el desprecio de los libertarios a la llamada Agenda 2030. Pero la política exterior la impone el Presidente, que intervino a la canciller Diana Mondino con dos dirigentes ultra: la abogada Ursula Basset y el nuevo secretario de «Civilización y Culto», Nahuel Sotelo.
Tropepi se ganó su respeto al quedarse a cargo de la embajada argentina en Israel cuando fue desplazado el ex gobernador Sergio Urribarri como Embajador. Desde entonces Tropepi llevó adelante la crisis de de los rehenes y los muertos argentinos tras el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023.
Si bien es diplomático de carrera hoy, se lo recuerda como secretario privado de Domingo Cavallo, ex ministro de Carlos Menem.
Es un hecho que el embajador ante la ONU tiene un enorme poder en la agenda externa del presidente Milei.
Lagorio estaba jubilado y había sido convocado especialmente para el cargo que ahora deberá dejar. Tras desempeñarse en la campaña de Horacio Rodríguez Larreta, se pasó al mileísmo de la mano del hoy legislador Ramiro Marra.
Internas antes del viaje de Milei
En los días previos a la llegada de Milei a Nueva York para dar su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU -lo dio el 24 de septiembre- en la sede argentina se vivía una tormenta.
Lagorio advirtió las consecuencias de salirse del pacto del futuro y de la Agenda 2030.
Y lo hacía a su manera, por lo que empezó a chocar, primero con Werthein que le pidió que no fuera a buscar al Presidente al aeropuerto en Nueva York.
La Casa Rosada tampoco lo quería sentado en su banca cuando hablara el Presidente. Pero para evitar más destratos y un escándalo mayor, Lagorio estuvo en uno de los seis lugares que tiene todo país cuando habla su jefe de Estado o Gobierno.
Allí debió escuchar la embestida de Milei contra la ONU, algo muy dificil para los diplomáticos de carrera. Allí también Milei anunció la disociación argentina del Pacto del Futuro entre otras decisiones contra el multilateralismo como los compromisos con las políticas sociales, medioambientales y de diversidad de género.
Lo mismo se vio en estas horas con el desenganche argentino del documento en materia de igualdad de género que se negociaba entre los miembros del G20.
Según supo Clarín este lunes, Lagorio informó a sus amigos que su misión terminará en noviembre.