Por Sergio M. Eiben-Director diarioplural.com.ar
Murió Jimmy Quattropani, fiscal general de la Corte de Justicia de San Juan. Y con él se va uno de los personajes más singulares, incómodos y persistentes del sistema judicial sanjuanino. Estuvo más de 30 años en ese cargo, y no pasó desapercibido ni un solo día.
Era un tipo duro, frontal, sin paciencia para las hipocresías del poder. No necesitaba caer bien. No buscaba agradar. Su oficio era decir lo que pensaba y sostenerlo. Tenía una relación de vaivenes con el poder político que no quería entender cuando Quattropani dictaminaba «No», y con el propio Poder Judicial. Pero ahí seguía, firme, mientras otros entraban y salían.
A Quattropani lo respetaban incluso sus adversarios porque sabían qué clase de persona era, que no especulaba, que no se callaba. Jugaba con sus propias reglas, y no siempre eran cómodas para los demás.
Tenía enemigos, y mucho más amigos. Era ácido, punzante, a veces desbordado. Pero auténtico.
Hoy la Corte pierde a su fiscal más longevo, yo pierdo un amigo, y San Juan pierde a una figura irrepetible. No habrá otro Jimmy Quattropani, porque él era él y nadie más.