En el mundo del transporte, donde los empresarios se pasean en sus Mercedes mientras los choferes sudan la gota gorda al volante, finalmente se alcanzó un acuerdo. Sí, ese mismo que los dueños de las empresas intentaron evitar como si fuera un bache en la ruta.
Resulta que, después de meses de liquidaciones truchas y salarios que parecían más un chiste que un sueldo, los choferes dijeron «¡basta!». Y no cualquier «basta», sino uno con medidas de fuerza que hicieron temblar a los empresarios en sus sillones de cuero.
El acuerdo incluye la corrección de la liquidación de febrero (que estaba tan mal hecha que parecía un garabato de kinder) y el pago de las diferencias salariales de noviembre, diciembre y enero (dinero que los empresarios escondieron bajo la alfombra, esperando que nadie lo notara).
Desde la Junta Ejecutiva de UTA San Juan, Marcelo Maldonado, el líder que no se deja intimidar por trajes caros y sonrisas falsas, dejó las cosas claras: «Los trabajadores no somos números en un balance. Somos los que movemos esta provincia, los que llevamos a la gente a sus trabajos, a sus escuelas, a sus vidas. Y no vamos a permitir que nos traten como si fuéramos invisibles».
Los empresarios, por su parte, intentaron justificarse con excusas más viejas que los colectivos que circulan por las rutas. Pero al final, tuvieron que aflojar la billetera, porque cuando los choferes se unen, no hay Mercedes Benz que los detenga.
Reflexión final:
En este mundo, los empresarios pueden tener el dinero, pero los choferes tienen el volante. Y cuando aprietan, no hay ruta que no se les abra, inclusive la de los salarios impagos.