La violencia se apoderó, una vez más, del fútbol argentino. En Mendoza, el encuentro que Godoy Cruz y Talleres de Córdoba empataban 0-0 fue suspendido antes de iniciar el segundo tiempo, porque una persona desde la hinchada del ‘Tomba’ le lanzó un palo en la cabeza al juez de línea Diego Martín, después que en el primer tiempo anularon un tanto de su equipo por posición adelantada. Lo paradójico es que tanto el asistente como el árbitro Yael Falcón Pérez habían convalidado la acción, pero fue el VAR desde el predio de Ezeiza el que trazó líneas y determinó el offside.
En el estadio Víctor Antonio Legrotaglie, de Gimnasia de Mendoza, donde Godoy Cruz mudó su localía por las reformas en el mundialista Malvinas Argentinas, Diego Martin se ubicó sobre el lateral para empezar el complemento, pero un palo de madera le impactó en la frente, justo arriba del ojo izquierdo y le provocó un corte con sangrado instantáneo.
Luego del impacto, Martín fue asistido por Falcón Pérez y recibió las curaciones de parte de los médicos de ambos planteles. Le limpiaron la zona, le aplicaron unos apósitos y parecía que volvía a jugarse el partido, inexplicablemente. Según explicó el presidente de Godoy Cruz, Alejandro Chapini, para este encuentro habían pagado un operativo con 190 policías y 120 efectivos de seguridad privada.
Falcon Pérez se acercó al jefe del operativo policial, charló con él mientras le mostraba el palo que había impactado sobre su compañero y volvió sobre la posición de Diego Martin, que visiblemente perturbado, estaba sentado en el campo de juego. Así se mantuvo durante 20 minutos, hasta que el árbitro Falcón Pérez hizo el gesto de «suspendido». Una vez dentro del vestuario, se resolvió su traslado al hospital Luis Lagomaggiore para la realización de estudios más profundos, teniendo en cuenta que se trató de un golpe en la cabeza.
No había pasado mucho en la primera etapa. Un momento emocionante, a los 18 minutos, en memoria del Morro Santiago García (usaba ese número de camiseta), a cuatro años de su trágica decisión de quitarse la vida. Luego, a los 37 minutos, llegó el gol marcado de cabeza por Roberto Fernández, anulado por el VAR por posición adelantada muy fina del volante local.
Esa decisión fue tomada por Salomé Di Iorio y Gastón Suárez (AVAR), en la sala del predio Lionel Andrés Messi en Ezeiza, pero tuvo reacción en Mendoza, a miles de kilómetros con el palo que provocó, una vez más, una suspensión de partido para Godoy Cruz.
Otra suspensión en Mendoza, hace casi un año
El anterior encuentro que había sido suspendido por violencia en el fútbol argentino de Primera División también tuvo como protagonista a Godoy Cruz, pero en el estadio Malvinas Argentinas, ante San Lorenzo, el 25 de mayo del año pasado, por incidentes entre dos facciones de la barra del Tomba. El árbitro Nazareno Arasa había tenido que detener las acciones tres veces durante el primer tiempo: una por la caída de una bomba de estruendo muy cerca de la posición del arquero visitante Gastón Gómez y otras dos por el lanzamiento de proyectiles.
Además, antes del comienzo del duelo, los dos micros que trasladaban a la delegación de San Lorenzo habían sido apedreados. Y en el primer tiempo también se habían registrado escenas de pugilato entre hinchas en la popular.
Al comenzar el segundo período, la cabecera Sur, que había estado casi plenamente ocupada durante el primer capítulo, lucía prácticamente desierta. Solo permanecía allí un puñado de simpatizantes. Un grupo de aproximadamente 50 personas encapuchadas reanudó el lanzamiento de piedras y trozos de cerámicos que habían sido arrancados de los baños.
Entonces 20 policías de Infantería entraron a la popular para sacar a los barras. Y Arasa dispuso la suspensión definitiva. “No estaban las garantías dadas. Se trata de cuidar la integridad física de todos. Se empezaron a escuchar los balazos y lo mejor y más sano fue suspenderlo”, justificó el árbitro.
A través de su Boletín N° 6501, el Tribunal de Disciplina de la AFA decidió descontarle tres puntos a Godoy Cruz y aplicar una multa de 500 entradas por tres fechas, además de pagarle a San Lorenzo los gastos de traslado que le demandará la continuidad del encuentro. En agosto de 2024, le devolvieron las tres unidades.
Este antecedente seguramente pesará en las nuevas sanciones para Godoy Cruz.
