El papa Francisco recibió este domingo al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, al margen de las celebraciones de Pascua, anunció el Vaticano, dos meses después de que el sumo pontífice criticara duramente la política migratoria del gobierno de Donald Trump.
Este «encuentro privado» de «unos minutos» tuvo lugar en la residencia de Santa Marta, donde vive el papa en el Vaticano.
Ambos «intercambiaron sus deseos con motivo del día de Pascua», indicó la Santa Sede en un comunicado.
«Es un placer verle en mejor estado de salud», declaró JD Vance al papa argentino, según un video publicado por el Vaticano.
«Gracias por recibirme. Rezo por usted cada día. Que dios le bendiga«, añadió antes de estrecharle la mano.
Vance ha reconocido las críticas de Francisco, pero ha dicho que continuará defendiendo sus puntos de vista. Durante una aparición el 28 de febrero en el Desayuno Nacional de Oración Católica en Washington, Vance no abordó el tema específicamente, pero se describió a sí mismo como un «católico bebé» y reconoció que hay «cosas sobre la fe que no sé».
El sumo pontífice hizo regalos al vicepresidente estadounidense, entre ellos unos rosarios, una corbata estampada con el escudo del Vaticano y huevos de chocolate para sus tres hijos.
JD Vance, convertido al catolicismo a los 35 años, fue recibido el sábado en el Vaticano por el cardenal italiano Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos de la Santa Sede.
En este encuentro «cordial» se abordó «la situación internacional, en particular en los países marcados por la guerra, las tensiones políticas y situaciones humanitarias difíciles, con especial atención a los migrantes, refugiados y prisioneros», indicó el Vaticano en un comunicado.
En febrero, el jesuita provocó indignación en la Casa Blanca al condenar, en una carta a los obispos estadounidenses, las expulsiones masivas de migrantes promovidas por el presidente, Donald Trump, que calificó de «importante crisis».
«Lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará», advirtió en su misiva.
El vicepresidente estadounidense, un ferviente católico, quiere hacer de su país un baluarte de los valores conservadores limitando drásticamente la inmigración.
La oficina de Vance dijo que él y Parolin «comentaron su fe religiosa compartida, el catolicismo en los Estados Unidos, la difícil situación de las comunidades cristianas perseguidas en todo el mundo y el compromiso del presidente Trump de restaurar la paz mundial».
El Vaticano, por su parte, dijo que hubo un «intercambio de opiniones» incluyendo sobre migrantes y refugiados y conflictos actuales.
La Santa Sede ha respondido con cautela al gobierno de Trump mientras busca continuar relaciones productivas en línea con su tradición de neutralidad diplomática. Ha expresado alarma por la represión del gobierno sobre los migrantes y los recortes en la ayuda internacional, insistiendo en resoluciones pacíficas para las guerras en Ucrania y Gaza.