Ayer, en la histórica sede de calle 25 de Mayo, el Partido Justicialista de San Juan hizo lo que mejor sabe hacer: reunirse a hablar de elecciones sin dejar que nadie elija demasiado. En esta ocasión, el intendente de Pocito y vicepresidente del PJ, Fabián Aballay, explicó que el encuentro sirvió para “poner en funcionamiento el sistema interno”, es decir, prender la máquina electoral, desempolvar las sillas y ver quién se sienta dónde.
Entre las grandes decisiones tomadas, se definieron la junta electoral, el tribunal de disciplina y los presidentes de juntas departamentales. Un evento tan apasionante que si uno cierra los ojos puede imaginarse el sonido de bostezos y cucharitas removiendo café.
Pero lo mejor vino cuando Aballay soltó la bomba de la jornada: el partido apuesta por una lista única, evitando internas. ¡Qué sorpresa! Como si el PJ alguna vez hubiera sido fanático de las disputas abiertas. “Creemos que es lo mejor”, dijo con la seguridad de quien sabe que, en realidad, no hay otro plan. La unidad, en el justicialismo, no es una opción: es un dogma.
Ahora bien, la pregunta del millón: ¿quiénes van en la lista? Ahí el intendente de Pocito sacó a relucir su talento para el suspenso. Dijo que ya hay tres o cuatro nombres en danza, pero que no hace falta mencionarlos porque “todo el mundo los nombra”. O sea, los de siempre. Esos nombres que circulan más que el mate en una peña peronista, pero que nadie confirma hasta que ya es demasiado tarde para quejarse.
Así que ahí lo tienen: un partido en movimiento, pero sin moverse mucho, una elección sin competencia y candidatos tan secretos que ni ellos mismos deben estar seguros. En el PJ, la democracia es un arte. Y como todo arte… mejor dejarlo en manos de los especialistas.