Después que Gran Bretaña encontrará una banda de búlgaros que espiaban para Rusia y los detuviera la semana pasada, Moscú expulsó este lunes a dos diplomáticos británico. Es la tercera expulsión en seis meses entre ambos países. No han sido identificados.
La expulsión de diplomáticos británicos refleja cómo el Reino Unido puede ahora ser considerado el «enemigo público número uno» en Rusia.
Después del reciente acercamiento entre los EE.UU. y Rusia, Gran Bretaña es ahora uno de los opositores más destacados de Rusia en el escenario mundial.
Con Donald Trump, Estados Unidos ha mostrado una actitud considerablemente más cordial hacia Moscú. A veces, incluso se ha hecho eco de las críticas del Kremlin a Ucrania. No es el caso británico.
Rusia ha acusado al Reino Unido de ser el «principal instigador» del conflicto global y parece haber culpado a Gran Bretaña de la Segunda Guerra Mundial.
El Servicio de Inteligencia Exterior rusos afirmó que Londres «ve una amenaza a sus intereses» en el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Añade que el Reino Unido «teme que esto lleve al fracaso de la estrategia británica de contención de Moscú», en la que «el control sobre Ucrania ocupa un lugar central».
«Como podemos ver, Londres hoy, al igual que lo hizo en vísperas de las dos guerras mundiales del siglo pasado, actúa como el principal ‘instigador’ del conflicto global», añadió la agencia.
«Al mismo tiempo, los propios británicos, obviamente, están contando de nuevo con quedarse de brazos cruzados en su isla. Es hora de exponerlos y enviar una señal clara a la traidora Albion y a sus élites: no tendrán éxito».
La agencia también pareció intentar sembrar la división entre Estados Unidos y el Reino Unido.