La petrolera YPF reportó a los mercados que en el segundo trimestre del año registró una ganancia neta de US$535 millones, 41% superior a la registrada en igual período del año pasado, pero 19% inferior a la obtenida en el trimestre anterior.
La compañía registró un Ebitda (acrónimo en inglés Earnings Before Interest Taxes Depreciation and Amortization que refiere al beneficio logrado antes de restar los intereses que pagó por su deuda, los impuestos y los ajustes de moneda) de US$1204 millones, saldo mayor en un 20% en términos interanuales, principalmente impulsado “por mayores precios de combustibles y producción de hidrocarburos”, aunque 3% menor al que había mostrado entre enero y marzo.
Este último retroceso lo adjudicó a la necesidad de hacer frente a “mayores costos en dólares como consecuencia del efecto de la devaluación de diciembre y una menor producción de petróleo convencional, particularmente en junio, debido a condiciones climáticas adversas en el sur de Argentina”. Sin embargo, aclaró que ambos efectos “fueron parcialmente compensados por mayores ventas estacionales de gas, mejores precios de combustibles y exportaciones de petróleo”.
Su flujo de caja libre resultó negativo en US$257 millones, en tanto que su deuda neta alcanzó los US$7457 millones, subiendo 4% en el trimestre y 18% al cabo del último año.
Los resultados llegaron en un contexto en que aumentó 5% interanual su producción total de hidrocarburos (promedió los 539.000 barriles equivalentes de petróleo por día) o 2% respecto al trimestre anterior gracias a un aumento en la “producción shale que hoy representa el 52% del total de la compañía”, explicó en el comunicado por el que informó sus resultados.
En ese sentido, la empresa destacó el crecimiento de “las exportaciones de crudo Medanito a Chile, que alcanzaron los 29.000 barriles día, un 25% superior al trimestre anterior”. Y que no realizó en este período ninguna importación de combustibles.
Por el contrario, la demanda local de combustibles disminuyó un 2% con relación al primer trimestre del año “debido principalmente a una menor demanda de naftas, mayormente compensada por la suba en la demanda estacional de gasoil que fue cubierta con inventarios”.
El nivel de procesamiento en las refinerías durante este período fue 299.000 barriles/día, lo que supone “un nivel de utilización de la capacidad instalada del 91%”.
La principal compañía local informó que concretó en dicho trimestre inversiones por unos US$1200 millones que resultaron “un 3% superior a las del trimestre anterior”, pero se encuentran “en línea con el plan del año”.
Al respecto detalló que más del 70% del total “se concentraron en el segmento upstream, principalmente en Vaca Muerta, alineado con la estrategia de crecimiento de la compañía”.
LA NACION