¿La guerra en Ucrania ya se pelea en suelo ruso? Moscú afirma que sí y declara la emergencia en la frontera, pero Kiev mantiene silencio

«Rusia no controla la frontera de Kursk»; ése el único comentario magro y vago de Kiev sobre lo que sucede en la frontera ruso-ucraniana, hecho por un funcionario subalterno, Andrii Kovalenko, del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional.

Por lo demás, no hubo rastro de declaraciones oficiales de los jefes militares ni del gobierno del presidente ucraniano,Volodmir Zelenski, sobre la ofensiva denunciada por Moscú contra su región fronteriza.

De hecho, las autoridades rusas de la región fronteriza de Kursk impusieron el miércoles el estado de emergencia para hacer frente a una incursión de tropas ucranianas que se prolonga desde el martes.

«La situación operativa sigue siendo difícil en las zonas fronterizas. Para eliminar las consecuencias de la entrada de fuerzas enemigas, tomé la decisión de declarar el estado de emergencia en la región de Kursk a partir del 7 de agosto», anunció en la mensajería Telegram el gobernador regional, Alexéi Smírnov.

Mientras, expertos, blogueros militares y medios de comunicación están divididos en sus interpretaciones sobre cuáles podrían ser las motivaciones detrás de un ataque ucraniano de las proporciones descritas por el Kremlin.

El silencio ucraniano puede leerse como una forma de evitar reclamos o triunfalismo mientras la operación está en marcha, o para no dar legitimidad a lo denunciado por las autoridades rusas.

El gobierno estadounidense dijo que no tenía conocimiento previo del ataque ucraniano en la región rusa de Kursk y tiene la intención de contactar al ejército de Kiev al respecto, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre

Por su parte,el asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, subrayó ataques en la frontera rusa en la red social X, donde, al razonar sobre las formas de derrotar a Vladimir Putin, subrayó la necesidad de una «presión militar», que «incluye ataques a gran escala contra la infraestructura militar ubicada en las regiones fronterizas».

Por lo demás, actualmente solo hay una voz sobre lo que sucede en Kursk, la del ministerio de Defensa ruso y sus blogueros afiliados, mientras que institutos occidentales, como el ISW, no se atreven a respaldar plenamente las denuncias rusas.

Según ese instituto, en su última actualización «no pudo confirmar» lo que Moscú declaró, mientras que «la mayor parte de los daños mostrados en los videos de los blogueros rusos parecen ser el resultado de bombardeos rutinarios ucranianos y no indican actividad terrestre en la zona».

También reina la incertidumbre sobre quién es el responsable de la ofensiva: según los rusos, estarían implicados militares regulares ucranianos -si se confirma, sería la primera vez– junto con miembros del Cuerpo de Voluntarios Rusos (RDK), milicianos pro-Kiev involucrados junto con la Legión de la Libertad de Rusia (LSR) en anteriores incursiones en suelo ruso desde el año pasado.

Pero ambas siglas no reclamaron acción alguna, como ocurrió en el pasado.

Los mil bloggers rusos desestimaron ampliamente las redadas como «infructuosas» y un «truco mediático», escribió el ISW.

Pero, según algunos expertos, es muy probable que el ataque sea un intento de Ucrania de desviar algunas fuerzas rusas de los frentes más calientes -principalmente en el Donbás-, donde los rusos están ganando terreno para defender una parte de la línea del frente que estuvo en gran parte inactiva desde principios de 2022.

Algunos observadores también señalaron que el principal gasoducto en funcionamiento en Europa pasa cerca de Suja: Ucrania permitió que el gas ruso siga fluyendo a través de esta arteria como parte de un contrato que expira a finales de 2024.

Otras especulaciones también sugieren que un objetivo de la incursión podría ser la central nuclear de Kursk.

Pero la instalación está situada a casi 60 kilómetros de la frontera, demasiados para lo que una fuerza militar de varios cientos -o miles- de soldados podría hacer.

También existe la posibilidad de que el ataque en la región de Kursk haya sido lanzado como operación preventiva de una futura acción rusa en la región de Sumy: desde hace meses las autoridades de Kiev y Zelenski denuncian las intenciones de Moscú de abrir un frente en la región para hacer frontera con Kursk, tras la ofensiva en Járkov.

En su informe vespertino, el Estado Mayor ucraniano hablaba de «un aumento de la actividad aérea enemiga cerca de la frontera de Sumy», con el lanzamiento de al menos 30 bombas guiadas.

Y en las últimas horas, el gobernador Volodymyr Artyukh ordenó la evacuación de 23 asentamientos, para un total de seis mil personas.

Según Rusia, 31 personas, entre ellas seis niños, resultaron heridas en los bombardeos ucranianos en la región de Kursk este jueves.