El ministro Platero tocó el tema de los guardavidas en las colonias de vacaciones, o más bien, la falta de ellos. Al referirse a la ausencia de personal especializado, subrayó que los municipios tienen la responsabilidad de contratar a los profesionales. Con una realidad que se asoma como una tragedia anunciada, lo que parece una simple carencia de personal podría reflejar un desinterés profundo por la seguridad y la capacitación. Y, como si fuera una excusa, mencionó la falta de reválida de los guardavidas en San Juan, eludiendo una vez más la verdadera raíz del problema: una falta de inversión en la formación local.
Platero, al mismo tiempo, no duda en mencionar que los departamentos más alejados de la provincia, como Calingasta, se ven particularmente afectados. Una situación que parece aún más grave al observar que no existen jóvenes preparados para ser guardavidas. ¿Qué nos dice esto sobre la desconexión entre las políticas públicas y las necesidades locales? Un sistema que, en lugar de fortalecer las capacidades dentro de la misma comunidad, opta por soluciones foráneas e insuficientes.
Al final del día, las palabras de los funcionarios no parecen más que un reflejo del mal manejo institucional, que trata de cubrir con soluciones superficiales lo que es un problema estructural. ¿Es la fumigación la respuesta? ¿Es la contratación a la deriva lo que garantizará la seguridad de nuestros niños? El verdadero desafío radica en cuestionar las decisiones, no solo en aceptarlas.