Es un violador serial de los derechos humanos

Horas después de que Nicolás Maduro se autoproclamara presidente de Venezuela con fuertes críticas a Javier Milei, el Gobierno argentino le respondió al líder del régimen chavista: lo acusó de «perpetuarse ilegítimamente en el poder» y lo tildó de «violador serial de derechos humanos». Y fue directo para hablar del caso de Nahuel Agustín Gallo, el gendarme secuestrado en Venezuela: calificó el caso como «desaparición forzada».

El pronunciamiento del Gobierno llegó a través de la Cancillería, que emitió un duro y extenso comunicado a propósito del juramento de Maduro como presidente de Venezuela, pese a que no mostró las actas electorales y a que la oposición reclama como propio el triunfo en las urnas.

«La República Argentina reafirma su firme compromiso con la defensa de la democracia, el respeto a los derechos humanos y el Estado de derecho, pilares fundamentales para la convivencia pacífica entre las naciones y la dignidad humana», dijeron desde la cartera que lidera Gerardo Werthein.

«Argentina reitera su reconocimiento al señor Edmundo González Urrutia como el legítimo presidente electo de la República Bolivariana de Venezuela, en representación de la voluntad soberana del pueblo venezolano, expresada de manera inequívoca en las urnas», siguió el comunicado.

Luego fue contundente al acusar a Maduro -que en la jura había tildado a Milei de «nazi y sionista y sádico social»- de perpetuarse «ilegítimamente en el poder» y de ser un «violador serial de los derechos humanos».

«El Gobierno argentino expresa su más enérgica condena al régimen de Nicolás Maduro, quien, mediante el uso de las fuerzas militares y grupos paramilitares, se ha perpetuado ilegítimamente en el poder, sometiendo a su pueblo con prácticas sistemáticas de tortura, persecución y represión. Maduro y sus cómplices han demostrado ser violadores seriales de los derechos humanos y responsables de crímenes atroces que han devastado al pueblo venezolano, provocando una profunda división en la sociedad y un éxodo sin precedentes», indicaron desde Cancillería.

Además, se refirieron otra vez a la situación de Nahuel Agustín Gallo, el gendarme argentino detenido por el régimen cuando intentaba entrar a Venezuela para visitar a su familia. «Permanece detenido de manera ilegal y bajo condiciones inhumanas», enfatizaron para señalar que el gobierno venezolano «desprecia» la vida y «la dignidad de las personas».

«La detención arbitraria de Gallo, que constituye un claro caso de desaparición forzada, evidencia la brutalidad de un régimen que somete a los inocentes y convierte su dolor en una herramienta de intimidación», escribieron desde el Gobierno argentino, además de adjetivarlo como «incesante embustero» por distorsionar los hechos para «encubrir sus crímenes y perpetuar un relato falso ante la comunidad internacional».

Más adelante, el comunicado recuerda que la creciente militarización del país trajo aparejada la detención de más de 120 ciudadanos de diversas nacionalidades, bajo «acusaciones infundadas de actos desestabilizadores».

Además, anticiparon que el Gobierno de Milei «profundizará y ampliará» pronto su denuncia contra Maduro. «No descansaremos hasta que Maduro y sus cómplices sean llevados ante la justicia internacional para responder por sus actos», concluyeron en Cancillería.

Las últimas descalificaciones de Maduro a Milei, pronunciadas este mismo viernes en la jura presidencial, volvieron a subir la tensión.

«La extrema derecha encabezada por un nazi sionista, un sádico social llamado Javier Milei, junto al imperio norteamericano, cree que le puede imponer a Venezuela un presidente», sentenció en pleno discurso en la toma de posesión, a la que sólo acudieron -como jefes de Estado- los presidentes de Cuba y Nicaragua.

Las discusiones entre Argentina y Venezuela tienen en Gallo a uno de los capítulos más candentes. El gendarme lleva más de un mes arrestado por el régimen. Lo capturó personal de Contrainteligencia cuando intentaba ingresar al país a través del puente Internacional Simón Bolívar, que conecta Cúcuta (Colombia) con Táchira (Venezuela).

El gendarme completó con normalidad los trámites de salida del lado colombiano, pero fue «retenido» cuando hacía el papeleo para entrar a Venezuela, donde esperaba reencontrarse con su esposa y su hijo de 2 años, a quienes no veía hacía siete meses.

Alcanzó a comunicarse con su familia en una llamada que realizó desde el teléfono del remisero que lo llevaba por el puente. Pero desde ese 8 de diciembre que no existe otra comunicación.

El régimen de Maduro aseguró en primera instancia que Gallo era un espía, pero luego elevó la acusación: lo señaló por intentar participar de un complot para atentar contra la vida de Delcy Rodríguez, vicepresidenta venezolana.

La familia del gendarme y el Gobierno de Milei desmintieron rotundamente esas acusaciones y aún insisten en la comunidad internacional para que el gendarme sea liberado. Incluso sostuvieron durante largas semanas el reclamo para una fe de vida, que finalmente llegó hace poco más de una semana en forma de un breve video y pocas fotos que muestran al argentino en uniforme celeste, caminando en un patio al aire libre, en lo que parece ser un centro de detención. Sin embargo, el régimen todavía no dio detalles sobre su paradero.

A eso se suma que el Gobierno argentino fue uno de los primeros en reconocer a González Urrutia como presidente electo de Venezuela. De hecho, tras un exilio en España, el opositor fue recibido hace una semana por Javier Milei en la Casa Rosada.