Dos hombres decidieron que la mejor manera de pasar desapercibidos era disfrazarse de operarios de energía eléctrica. ¿El objetivo? Robar una vivienda en calle Rivadavia, a pasos del Centro Cívico, y llevarse un jugoso botín. Pero parece que el disfraz no incluía entrenamiento para escapar.
Tras huir a pie, con joyas y un buen fajo de billetes (dólares y euros), fueron avistados por la Brigada Femenina, que no tardó en notar algo raro: al verlas, los «electricistas» cambiaron los cables por las patas y arrancaron a correr hacia la estación de servicio más cercana.
La persecución fue breve; los falsos operarios no estaban muy en forma y terminaron detenidos a las pocas cuadras. Ahora, con el botín recuperado y los ladrones tras las rejas, queda claro que el único «corte de energía» fue el de su plan absurdo.
¿Moraleja? Para robar con disfraz, hay que tener algo más que un uniforme. 🔌💸