Vecinos de Bermejo y Nikizanga denuncian que el agua potable hace más turismo que los concejales en invierno. Mientras ellos llenan baldes, OSSE parece estar ocupada jugando al ¿Dónde está el caudal?, un juego donde las conexiones clandestinas ganan por goleada.
Entre fugas de agua que parecen diseñadas por un arquitecto del caos y puesteros que tienen más reservorios que un country, el sistema hídrico local está al borde del colapso. ¿Y qué hace OSSE al respecto? Bueno, aparentemente, están más enfocados en perfeccionar el arte de mirar para otro lado.
La pregunta es clara: ¿Quién maneja este sistema? ¿El mismo tipo que administra el tráfico en hora pico? Porque parece que cada litro de agua tiene que superar un rally clandestino antes de llegar a destino.
Mientras tanto, los vecinos rezan por una gota de agua, y OSSE… sigue en la suya, como siempre. ¡Pero tranquilos! Cuando inauguren el próximo caño de agua, seguro habrá cinta roja y fotos, aunque el agua nunca llegue.