Los vecinos, en vez de preocuparse por la salud pública, se sintieron más como reporteros de un canal de noticias de la tarde. Las cámaras de los teléfonos se desataron, y el primate se convirtió rápidamente en la estrella del día, desplazando a los candidatos políticos que intentaban aparecer en las plazas como si de una campaña se tratara. El mono, sin hacer campaña, simples
A medida que el sol avanzaba, la situación se complicaba: el mono no estaba solo en su travesura. Un aguilucho, que no parecía muy impresionado por la política local, sobrevolaba el lugar, como un espectador casual buscando el menú del día. La tarea de rescatar al primate se regresó cada vez más épica, con más giros dramáticos que una película de acción. Todo parecía indicar que el aguilucho tenía su propio plan de “acercamiento” al mono, tal vez una junta de naturaleza con una agenda mu.
En ese preciso momento, el veterinario Aldo “Pirata” Olivares Robledal se presentó, cual Indiana Jones en busca de un tesoro perdido, dispuesto a rescatar al valiente monito. “Es un animal adulto, pero pequeño”, explicó con tono experto. Claro, ya no era tan pequeño para estar tan alto en el árbol, pero la biología no entiende
Finalmente, el mono fue rescatado, probablemente con una historia para contarles a sus amigos primates sobre cómo estuvo a punto de ser el primer «influencer» de la fauna en San Juan. ¿Será que el Amazonas tiene un futuro político que explotará en nuestra provincia?