Desde la llegada de Unai Emery a Birmingham, el Aston Villa se había acostumbrado a ser un rival duro de roer en la Premier League, al punto de finalizar en los primeros puestos durante la temporada pasada. Sin embargo, y en paralelo a una extraordinaria performance en la Champions League, los Villanos se transformaron en un equipo irregular en Inglaterra. Por ello, la siguiente parada estaba lejos de ser un trámite. Y así fue: en un duelo complicado, y con Emiliano Martínez de titular, vencieron 2-1 al Leicester.
Ambos equipos optaron por un esquema similar: un 4-2-3-1 que se modificaba según la posesión. Mientras el Leicester prefería esperar en un bloque medio, el Aston Villa apostaba por dominar la pelota y buscar espacios entre líneas. Los de Unai Emery sostenían la posesión con tres defensores en campo rival, apoyados por laterales que ensanchaban el terreno y mediocampistas que se ubicaban estratégicamente para romper líneas.
No obstante, el primer tiempo fue aburrido entre lo aburrido. Los Villanos tenían la pelota, pero no lograba perforar el bloque rival. Los Zorros, por su parte, se mostraban incapaz de aprovechar los espacios al contragolpe, reflejando su incapacidad para brillar en transiciones ofensivas. Tanto fue así que el único intento destacado en la primera mitad fue un disparo lejano de Matty Cash, más un gesto de frustración que una amenaza real.
El complemento comenzó con leves indicios de cambio. El Leicester, que no había participado casi en el PT más que para defender (Dibu estuvo solitario en su área, sin moverse), buscó asentarse en campo rival mediante balones largos. Pero salir de su zona de confort le permitió al Aston Villa encontrar esos espacios y tiempo necesario del cual careció para hacer la diferencia: Ross Barkley aprovechó un mal despeje para clavar un derechazo ajustado al palo y poner el 1-0.
Pero, cuando se le presentaba al Aston Villa la oportunidad de mejorar su nivel de juego y usufructuar su dominio desde la tenencia, un error en la mitad del campo mantuvo con vida al Leicester. Ayew escaló por la banda, puso el centro para Vardy el goleador inglés primereó ante su defensor. No obstante, su remate encontró a un Dibu Martínez bien parado y con gran reacción. Pero el arquero argentino no tuvo fortuna: el rebote cayó en los pies de Mavididi y la mandó a guardar.
No era la primera vez que el Aston Villa no podía mantener la ventaja en esta Premier. Esa es, quizás, la gran diferencia entre los Villanos de la temporada pasada y este que puja por ingresar a puestos de copas. Pero, en esta oportunidad, jugaron a la excepción: los ingresos de Maatsen y Emiliano Buendía le sirvieron de golpe de efecto a los de Emery, que encontraron el 2-1 de la mano de Leon Bailey. Sobre el final, Facundo Buonanotte ingresó para los Zorros.
La victoria 2-1 del Aston Villa fue un reflejo de su mayor ambición y capacidad para capitalizar errores, pero también dejó interrogantes. ¿Por qué un equipo tan dominante en la posesión, y que logra imponerse en el marcador, sufre tanto para cerrar sus partidos? De esta manera, y con estos tres puntos necesarios, los Villanos se mantienen en el 8° escalón de la Premier, a tres del Newcastle (5°, en Europa League) y a cuatro del Chelsea (4°, en Champions).