Mariela Beljansky dejó hoy oficialmente su puesto como subsecretaria de Transición y Planeamiento Energético. Había llegado a la Secretaría de Energía tres años atrás, en noviembre de 2021, de la mano de Federico Basualdo, el exsubsecretario de Energía Eléctrica, quien protagonizó, junto con el exministro de Economía Martín Guzmán, uno de los momentos más controvertidos del gobierno anterior, debido a los diferentes enfoques sobre la política tarifaria. Renunció a los seis meses después de ese espisodio y en diciembre de 2023, Beljansky se sumó al gobierno libertario, donde adoptó un perfil más visible y participó de varios eventos en los que defendió la política energética.
De hecho, Beljansky se encargó de exponer y explicar las directivas de la nueva gestión en las primeras audiencias públicas que realizó el Gobierno en enero pasado. En ese entonces, se refirió a la crítica situación del sistema de transporte, afirmando que estaba al límite y que la falta de inversión en los últimos años había impedido incorporar nuevos proyectos de generación eléctrica al sistema, como los parques eólicos en el sur del país y los solares en el norte. Sin embargo, un año después, el Estado siguió sin licitar la construcción de nuevas líneas de transmisión.
Si bien era considerada una funcionaria “técnica y sólida” en el sector, lo que le permitió sobrevivir desde la gestión kirchnerista hasta la libertaria, la falta de avances en temas de transición energética, que eran puntualmente su agenda, llevó a que renunciara. La secretaria de Energía, María Tettamanti la reemplazó con Antonio Milanese, quien hasta hace poco ocupaba el cargo de director nacional del Sistema de Identificación Nacional Tributario y Social, dependiente de la Jefatura de Gabinete.
Licenciado en Ciencias Políticas, Milanese se destaca por su manejo de grandes bases de datos, una habilidad que podría ser clave en un momento en que la Secretaría de Energía necesita avanzar con la segmentación de subsidios energéticos. Para ello, será necesario cruzar información de diversas dependencias con el fin de realizar una aplicación más precisa de los subsidios. Aunque no tiene experiencia directa en el sector energético, su conocimiento del sector público podría ser útil. “No es menor entender cómo funciona la maquinaria”, comentó un exfuncionario que ocupó el mismo cargo.
El gran desafío que tiene el Gobierno por delante el año próximo es cambiar el vigente esquema de segmentación de subsidios, que actualmente se divide en tres grupos de usuarios: los de altos ingresos (N1), bajos (N2) y medios (N3). Mientras que los N1 pagan casi el costo total de los servicios –93% en luz y 85% en gas–, los N2 tienen una bonificación de 64% del valor de referencia sobre un bloque determinado de consumo y los de ingresos medios (N3), un 55%, respectivamente. Los N2 pagan el 26% del costo total del servicio eléctrico y el 31% de gas, mientras que los N3, el 41% y 38%, respectivamente. El resto lo cubre el Estado con subsidios.
La idea de la Secretaría de Energía es reducir progresivamente los niveles de bonificación en los próximos seis meses, para que cada vez más hogares paguen una mayor parte del valor de referencia, que se ajustará al costo real del servicio. Asimismo, la bonificación que hoy reciben es sobre un bloque de consumo, y se les cobrará luego el precio pleno sobre el excedente; el objetivo también es ir limitando la cantidad de consumo subsidiado.