No hay caso. Le cuesta un Perú a Boca ganar de visitante y en Córdoba estuvo lejos de poder cambiar esa imagen negativa. El 0-0 final ante Instituto fue de la mano con lo visto durante 90 minutos parejos, con más insinuaciones que otra cosa. Por estos puntos que pierde cuando sale de su cancha, Boca navega en la mitad de la tabla y no puede acceder por ahora a la zona de clasificación de la Copa Libertadores 2025.
Es otro Boca. Como si en cada kilómetro que se alejara de la Bombonera lo debilitara un poco más, el equipo de Diego Martínez pierde fuerza fuera de casa. Y, más allá de las ausencias por los futbolistas olímpicos, es un mal que viene de arrastre en este ciclo: apenas siete victorias en los últimos 21 compromisos de visitante. La última vez que ganó en esa condición fue hace más de dos meses, el 19 de mayo ante Central Córdoba en Santiago del Estero, por 4-2. En La Boca se agranda y se mantiene invicto (9 triunfos y 3 empates en 12 presentaciones); de visitante se le aflojan las piernas y da ventajas.
En Alta Córdoba mereció irse al descanso abajo en el marcador, pero entre la falta de puntería de los delanteros de Instituto y los guantes de hierro de Sergio Romero lo salvaron en un primer tiempo preocupante del Xeneize.
El local controló el juego más allá de no tener la pelota. Fue parte de la estrategia de su estratega, Diego Dabove. Le dio el manejo del balón al rival y le tapó toda salida posible. Marcó de tal manera que forzó a Boca a darle la pelota a Tomás Belmonte, siempre encimado por Gastón Lodico. Belmonte tuvo algunas pérdidas producto de esa presión y generó ataques locales.
Uno de esos terminó en un tiro de esquina del cual provino la primera de riesgo de Instituto, una mediavuelta de Ignacio Russo. Venía de hacerle un doblete a Independiente en el anterior partido en este estadio. Su tiro se fue elevado.
Boca no negociaba su premisa de salir jugando desde el fondo, pero no lograba encontrar los espacios porque Instituto no dejaba ningún hueco librado al azar. Cuando podía pasar la barrera de la mitad de la cancha atrayendo a los volantes adversarios, trataba de acelerar. Un centro de Brian Aguirre y un tiro de Belmonte fue lo poquito que pudo avisar la visita en la etapa inicial. Eso y un disparo cruzado y desviado de Lautaro Blanco luego de un córner.
Instituto, sin la posesión, fue más punzante. Lo tuvo Santiago Rodríguez, pero su derechazo, que se metía al lado del palo izquierdo de Romero, dio en Nacho Russo que estaba tirado en el piso y en offside. Hablando de Chiquito, el arquero de Boca fue clave para salvar su valla en un cabezazo de Fernando Alarcón tras un tiro libre muy bien ejecutado de Lodico. A puro reflejo, Romero se lució.
Los delanteros de Boca estaban ausentes por fuerza mayor. Apenas le llegaba la pelota y la tocaban muy poco. Edinson Cavani intentaba armar cuando recibía. Llegó a quedar mano a mano por una mala salida del fondo de Instituto, pero se resbaló al momento de definir, ya iniciado el complemento.
Martínez puso a Jabes Saralegui (por Julián Ceballos) y pasó a Brian Aguirre a la izquierda, pero el ex Newell’s se encimaba con la subida de Blanco por allí y no pareció acomodarse nunca. Eso sí, Boca, principalmente por un Belmonte más parado como enganche, se vio más adelantado que en la primera parte. Igual sufría atrás. De contragolpe, Jonás Acevedo probó desde afuera apenas vio luz y no fue una desacertada decisión porque esa bola pasó muy cerquita del palo.
Y así se armó un duelo de ida y de vuelta en la noche dominguera. Se hizo entretenido el segundo acto, pero más por intensidad que por buen fútbol. Existió un agarrón de Gary Medel sobre Jeremías Lázaro dentro del área. El árbitro Hernán Mastrángelo no cobró el penal y desde el VAR no lo corrigieron. El agarrón de camiseta fue claro.
Más allá de eso, la paridad no se rompió y fue lo más justo.