El aeropuerto de San Fernando, una base aérea muy utilizada por el mundo empresario, quedó en el centro de la escena por la muerte de dos pilotos que volaban en una nave Challenger 300 LV-GOK, propiedad de la familia Brito, según pudo saber LA NACION a través de fuentes aeronáuticas. Despistaron, no pudieron frenar a tiempo y se estrellaron contra una casa que está afuera de la pista.
Desde Aeropuertos Argentina 2000 indicaron a LA NACION que el accidente aéreo se produjo cuando el Challenger 300 aterrizó y no pudo frenar. Ante esto, la aeronave despistó, pasadas las 13.20, y se estrelló en las inmediaciones, lo que derivó en una gran explosión. Según precisaron las mismas fuentes, solo se encontraban los dos tripulantes que venían desde Punta del Este, y no había otros pasajeros a bordo.
Este suceso ocurre un año después de la inauguración de una nueva torre de control. Según datos oficiales, la obra comenzó en 2019 y terminó cuatro años después. “La nueva torre de control provee, fundamentalmente, visuales despejadas con una sensible mejora en los ángulos de visión hacia umbrales de pista y calles de rodaje. Tiene una altura de 29,76 m y una posición estratégica dentro del predio a la altura del centro de la pista y junto a la terminal”, explicaba el comunicado del área de Transporte comandada por el massista Diego Giuliano.
Este aeropuerto es el tercero que más movimiento tiene en la Argentina, de acuerdo con las estadísticas oficiales que publica la Secretaría de Transporte. Según estos datos, sólo en noviembre despegaron 2485 aviones desde allí. Estos números ubicaron a la base de San Fernando solamente por detrás del aeropuerto internacional de Ezeiza y el aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires.
Pese a su asiduo movimiento, no todos los pasajeros visitan las instalaciones del aeropuerto de San Fernando para subirse a un avión. De hecho, los vuelos comerciales escasean. En agosto fue la última vez que hubo pasajeros de cabotaje de vuelos comerciales. Y en enero de 2024 fue la última vez que partió de allí una nave de alguna aerolínea comercial hacia afuera del país.
Además, los movimientos de vuelos no comerciales en el aeropuerto de San Fernando no involucran a demasiados pasajeros, ya que en lo que va del año sólo 11.000 personas pasaron por allí. Para ponerlo en perspectiva, 11.000 pasajeros registraron las estadísticas oficiales en el aeropuerto de Río Grande en sólo un mes (noviembre).
El aeropuerto de San Fernando está ubicado en la localidad bonaerense homónima. Es decir, se encuentra en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Esto hace que sea utilizado para vuelos privados, sumado a que Ezeiza y Aeroparque absorben la demanda de los comerciales.
El hecho de que se realicen vuelos ajenos a las aerolíneas tradicionales no hace que San Fernando esté afuera del radar de las autoridades de control. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) trabaja allí. Incluso, esta base es una de las más utilizadas para recibir vuelos sanitarios, según describieron fuentes oficiales.