Dos entrenadores de la vieja escuela y de muchísimos años de recorrido están a punto de ser campeones en el fútbol argentino por primera vez. La estrella será para uno, el reconocimiento al trabajo ya lo tienen los dos. Se trata de Gustavo Quinteros y Omar De Felippe, los entrenadores de Vélez y Central Córdoba de Santiago del Estero, los protagonistas de la final de la Copa Argentina que se jugará este miércoles en la cancha de Unión de Santa Fe desde las 21.10 horas.
Quinteros tiene 59 años, es de Cafferata, Santa Fe, se inició en el fútbol de ascenso, Central Córdoba de Rosario y Talleres de Escalada, luego tuvo un largo recorrido en Bolivia, donde se nacionalizó y fue internacional también, y en Primera A vistió las camisetas de San Lorenzo y Argentinos. Comenzó su carrera como entrenador en 2005 en el Blooming de Bolivia, tuvo un paso por San Martín de San Juan en el Nacional B y luego siempre dirigió en el exterior, incluida dos selecciones y fue campeón 12 veces en tres países, Bolivia, Ecuador y Chile.
AFP)
Vélez es el primer equipo de Primera División que dirige en el país, casi 20 años después de lanzarse como técnico. Este año estuvo cerca de festejar, pero perdió la final de la Copa de la Liga con Estudiantes por penales en Santiago del Estero. Con un plantel reducido, una impronta de trabajo físico y futbolístico clara, el Fortín fue protagonista en todas las competencias. Ahora puede ganar uno, dos, tres… o ninguno.
De Felippe tiene 62 años, es porteño, clase 1962, una de las que combatió en las Islas Malvinas en 1982, tras su regreso de la guerra siguió en las inferiores de Huracán, club con el que luego debutó en Primera. También pasó por Arsenal, Once Caldas de Colombia, y finalmente en Bahía Blanca, Villa Mitre, Rosario Puerto Belgrano y Olimpo.
Tras hacer el curso de técnico, se formó al lado de Ricardo Zielinski en 1997/98 y Julio César Falcioni entre 1999 y 2007. Luego de desvincularse del cuerpo técnico del Emperador, se largó solo y la primera oportunidad la tuvo en Olimpo en 2009 en la B Nacional, al año siguiente fue campeón, ascendió y dirigió por primera vez en la A. También ascendió con Quilmes de la B Nacional a Primera y con Independiente en 2013/14. Luego emigró a Ecuador y con el Emelec consiguió en 2015 el segundo y último título de su carrera.
De Felippe, otro técnico con largo recorrido que se formó con el Ruso Zielinski.El derrotero siguió siempre en el país y en la máxima categoría: Vélez (2016-17), Newell’s (2017-19), Atlético Tucumán (2020-21), Platense (2022) y Central Córdoba en dos etapas, 2023 y 2024.
Quinteros tuvo un gran desafió en el arranque de su ciclo: superó la goleada que sufrió ante River (0-5) y manejó el escándalo de abuso sexual en el que se involucraron cuatro jugadores (Sebastián Sosa, Abiel Osorio, José Florentín y Braian Cufré), luego desvinculados de la institución de Liniers. «Cambiamos la mentalidad. Estamos jugando bien, encontrándonos con el nuevo sistema. Si nos generan, es generalmente de pelota parada. Estamos juntos y superamos las adversidades», explicó tras enderezar el rumbo. Lo del sistema táctico fue en referencia al 4-2-3-1 que sostiene hasta ahora.
De Felippe estuvo en el Central Córdoba el año pasado, se fue y este año volvió para reemplazar al venezolano Lucas González Vélez, quien apenas sumó un punto en ocho fechas de la Liga, pero logró un triunfo en los 16avos de la Copa Argentina contra Estudiantes (2-1), como antes Abel Balbo en la primera fase frente a Quilmes (3-1). Llegó el veterano de Malvinas, tuvo una racha de siete victorias seguidas y se metió en la final tras eliminar a Newell’s (0-0 y 3-2 en los penales), Temperley (2-1) y Huracán (2-1).
«No tengo mucho marketing, pero todos nos conocemos. A veces el humo se apaga con agua y a veces con otras cosas. Es parte del juego», dijo el mes pasado con humildad y agregó: «Yo no hice nada, nos juntamos todos y nos propusimos mejorar. Es todo de los jugadores. Uno los entrena y ellos se encargan. A veces les rompemos mucho las pelotas. Queremos que mejoren porque es una carrera de diez o doce años y hay que ayudarlos. Con las limitaciones que tenemos, vamos. Esto es un premio para todos».
Quinteros y De Felippe, la vieja escuela en toda su dimensión: trabajo, muñeca y motivación. Uno de los dos alzará la Copa Argentina, el primer título en la máxima categoría del fútbol argentino.